Después de horas de entrenamiento extenuante, el cuerpo de un atleta necesita recuperarse rápido y estar listo para la próxima ronda. Aquí surge la gran pregunta: ¿cómo se deberían reponer las fuerzas con proteína animal o dieta vegetal? Como atleta de élite, esta decisión es importante para el rendimiento.
La dieta basada en proteínas animales es conocida por su capacidad para reconstruir y fortalecer tus músculos rápidamente. Mientras que la vegetal es valorada por sus beneficios para la salud y la sostenibilidad, pero algunos dudan si puede igualar los resultados en el rendimiento deportivo. Vamos a desglosar cómo cada opción impacta tu capacidad para darlo todo en el campo y qué dice la ciencia sobre cuál es la mejor elección para atletas.
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La fuerza de la carne
Cuando se trata de atletas de alto rendimiento, la proteína animal puede ser la predilecta. Los expertos en nutrición deportiva, como Juan Andrés Tassistro, nos recuerdan que la carne no solo te llena, sino que está cargada de nutrientes esenciales que son casi como magia para tu cuerpo cuando estás entrenando a niveles olímpicos.
Hierro: Fundamental para los deportistas, especialmente para aquellos que literalmente desgastan sus cuerpos, como los marchistas. La carne roja no solo tiene hierro, sino que este se absorbe mejor que el hierro de las lentejas, lo que significa que tu cuerpo lo usa más eficientemente.
Vitamina B12: Clave para la regeneración celular, se encuentra únicamente en productos de origen animal. Así que, si eres un atleta que quiere mantener su cuerpo al máximo, necesitas esta vitamina en tu dieta, y las plantas no te la van a proporcionar.
Creatina: Conocida como el combustible de los músculos, la creatina se encuentra en la carne y es crucial para aquellos momentos de máxima intensidad, como un sprint final o un golpe decisivo en un combate de taekwondo.
Proteína de alta calidad: La proteína animal tiene un perfil de aminoácidos que es difícil de igualar. Esto es vital cuando tienes solo unas horas para recuperarte antes de volver al entrenamiento.
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Dieta vegetal
Pero, ¿qué pasa si prefieres el poder vegetal? Un estudio reciente de Stanford sugiere que las dietas basadas en plantas pueden ofrecer un rendimiento deportivo comparable a las dietas omnívoras. Este estudio incluyó a corredores y entrenadores de resistencia que siguieron tres dietas diferentes durante varias semanas: una con proteínas animales, otra con carnes vegetales y una más con alimentos vegetales integrales. ¿El resultado? No hubo diferencias significativas en su rendimiento.
El doctor Christopher Gardner, uno de los autores del estudio, menciona que el mito de que solo la carne puede dar a los atletas el mejor rendimiento es solo eso, un mito. De hecho, apunta que una dieta basada en plantas no solo puede sostener el rendimiento, sino que también puede ser mejor para la salud cardiovascular y el medio ambiente.
Entonces… ¿quién gana?
La verdad es que ambas dietas tienen sus méritos. Si buscas maximizar tu recuperación y tener acceso rápido a nutrientes clave, la proteína animal es difícil de superar. Pero si tu enfoque es más integral y te preocupa el impacto a largo plazo en tu salud y el planeta, las plantas tienen mucho que ofrecer. Al final del día, si eres un atleta que busca resultados inmediatos, ese filete podría ser tu mejor amigo. Pero si tienes la paciencia para explorar las maravillas de una dieta basada en plantas, podrías descubrir que tu rendimiento no sufre y que incluso podrías sentirte mejor en general.
El verdadero reto de la comida
El nutriólogo deportivo, Juan Andrés Tassistro dice que dependiendo la disciplina y la etapa de la competencia del deportista, el metabolismo proteico puede verse aumentado entre un 50 a 100%, comparado con un individuo que no posee ese desgaste. Las sesiones de entrenamiento, musculación, los golpes en el cuerpo, generan micro rupturas principalmente en el músculo y la materia prima para su reparación son las proteínas. El físico del deportista se adapta en función del estímulo que uno le aplique, esto lo podemos comprobar observando los físicos de los maratonistas o de los levantadores de pesas. El otro factor para adaptar el físico es la comida, si el estímulo (entrenamiento) y la materia prima (alimentación) se encuentran orientados hacia el mismo objetivo, los resultados van a ser los esperados.
Uno de los desafíos que tienen los atletas de alto rendimiento es que poseen muy poco tiempo de recuperación entre sesiones de entrenamiento. Muchos deportistas élite poseen solamente 3 ó 4 horas de recuperación hasta la siguiente sesión. Por eso es fundamental elegir alimentos que aporten los nutrientes necesarios para reparar el cuerpo y que esos nutrientes sean altamente absorbibles o biodisponibles. Existen alimentos que poseen elevadas cantidades de nutrientes, pero por la estructura química del alimento este nutriente puede ser de baja absorción y se opta por otro que tenga mejor absorción. Las lentejas por ejemplo que poseen elevadas cantidades de hierro, si no se tienen ciertos recaudos, se absorbe en menor proporción que el hierro presente en un alimento como la carne. Esa biodisponibilidad o fácil absorción de los nutrientes de la carne animal es muy importante para esa ventana de corta recuperación.