Con raíces profundas, sabores ahumados, técnicas milenarias y una herencia viva que se cuece lentamente en horno de tierra, la cocina yucateca ha vuelto a demostrar por qué es uno de los pilares de la gastronomía mexicana.
En el marco del programa internacional Nueva Generación de Cocineras Tradicionales: Puente de sabor y saber entre Francia y México, dos cocineras originarias de Yucatán han sido seleccionadas entre las finalistas para representar no solo sus recetas, sino todo un universo de historia, identidad y resistencia.
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Una cocina ancestral que traspasa fronteras
Fernanda Mex Chan de Aldea Xbatun y Gladys Concepción Colli Ek de Aldea Maya Xa’anil Naj además de ser cocineras tradicionales, también son portadoras del legado culinario maya, una de las cocinas más complejas, simbólicas y sofisticadas de México. Su participación en este programa no solo enaltece su labor, sino que posiciona a la cocina yucateca como una de las expresiones más convincente del patrimonio inmaterial de nuestro país.
La cochinita pibil cocida en pib (horno bajo tierra), el relleno negro, el escabeche oriental perfumado con naranja agria, el mucbipollo que une a las familias en Día de Muertos… cada platillo que preparan estas mujeres está tejido con maíz, achiote, humo y memoria. Y toda esa riqueza, es la que las ha llevado a un escenario internacional.
Yucatán, cuna de una cocina viva y ceremonial
En un año clave para la gastronomía mexicana —se celebran 15 años desde que la UNESCO reconociera a la cocina tradicional como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad—, Yucatán brilla con luz propia. Nombrada Capital Iberoamericana de la Gastronomía 2025, la región ha reforzado su papel como epicentro de sabores únicos, técnicas milenarias, y prácticas comunitarias que siguen vivas gracias a mujeres como Fernanda y Gladys.
Sus recetas son el resultado de siglos de transmisión oral, de conocimientos botánicos, de cuidado del territorio y de una espiritualidad profundamente ligada a la comida.
Tradición, formación e innovación en un mismo plato
El programa, impulsado por la red Marianne México y respaldado por la Embajada de Francia en México, el Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, Le Cordon Bleu México, Cencalli y más aliados, busca profesionalizar y proyectar a jóvenes cocineras tradicionales con propuestas que integren su identidad y técnicas innovadoras.
Durante una semana de formación en Ciudad de México, las participantes —incluidas Fernanda y Gladys— se capacitan en herramientas de negocio, técnicas francesas, desarrollo de productos y narrativa gastronómica. Esta experiencia culminará con la presentación de un proyecto ante un jurado conformado por chefs, expertos y diplomáticos. La cocinera seleccionada como ganadora será parte de una cena de gala en el Sofitel Mexico City y viajará a Francia como invitada del festival ¡Qué Gusto!
Más que finalistas, guardianas del maíz y del fuego
La presencia de estas dos cocineras yucatecas entre las diez finalistas es un reflejo del momento estelar que vive la cocina del estado. Fernanda y Gladys no solo representan la riqueza de su tierra, sino también el rostro de una nueva generación de mujeres que mantienen viva la esencia de su cultura en ingrediente.
Además de cocinar, cuentan historias, preservan especies endémicas, enseñan, y demuestran que la cocina yucateca es tanto una práctica sagrada, como una vía para el desarrollo sostenible.
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