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Foto. Cortesía Denisse Díaz.

El origen del té helado y consejos para prepararlo

El calor también se puede contrarestar con té en su versión helada, y aquí Denisse Díaz te dice por qué

Dicen que si la vida te da limones, hagas té helado…. ajaja o algo así, ¿no te parece gran idea? Cada 10 de junio se celebra el día del té helado y por ello, te cuento sobre este favorito gastronómico de los tea lovers.

Una de las historias más famosas sobre su origen es norteamericana. Se cuenta que esta refrescante bebida ( en su versión sin alcohol) nació en 1904 durante la exposición universal en San Luis, cuando Richard Blechynden, un vendedor, decidió mezclar el té negro con hielo, lo que resultó en un rotundo éxito para las tardes calurosas.  Para 1920, durante la prohibición, el té helado seco o sin alcohol se popularizó y con ello el uso de vasos y cucharas largas para servirlo.

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“Actualmente, el 85% del té que se consume en EUA es helado (en ocasiones con un poco de alcohol).”

— Denisse Díaz, Tea Sommelier

Y aunque en realidad se puede hacer té helado con cualquier tipología de Camellia sinensis (blanco, verde, amarillo, oolong, negro y postfermentado) la versión más popular es con té negro en su combinación con limón amarillo y azúcar. 

Foto. Cortesía Denisse Díaz

Si bien hay muchísimas recetas de té negro helado, te comparto algunos consejos:

1- Usar un té alto en taninos, que además de regalarnos un licor de hermoso color café rojizo, brindará amargor y astringencia suficiente para mezclarse con el resto de los ingredientes y diluirse con el hielo, sin morir en el intento. Mi recomendación es algún té negro elaborado a partir de Camellia sinensis assamica, como algunos de India, Sri Lanka, Argentina o blends como English Breakfast.

2- La infusión debe ser mayor a la de un té que normalmente consumirías caliente y solo. Sí, debe sobreextraerse y ser amargo y astringente.

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3- El té debe ser dulce (o así dicta la tradición) por lo que debes endulzarlo mientras esté caliente para que se disuelva correctamente. Mis endulzantes predilectos son miel de abeja, jarabe de agave y azúcar mascabado… aunque un buen sorbete de limón puede ser otra gran opción. Por supuesto, puedes usar tu endulzante sin calorías favorito.

4- Usar mucho hielo para lograr enfriar el té y además mantenerlo lo más refrescante posible.

5- Tener en cuenta que cada variedad de limón nos dará un resultado diferente. Algo que me ha encantado es usar lima yucateca ¡es deliciosa! También, amo usar nieves y sorbetes de cítricos en lugar de jugo.

6- Agregar tapioca lo hace más divertido.

Abrazos en taza, Denisse Díaz.

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