Cuando piensas en los jugadores de la NFL, probablemente imaginas músculos, agilidad y la capacidad de derribar a cualquiera que se interponga en su camino. Pero, ¿te has preguntado qué se necesita para alimentar a estos gigantes del deporte? Spoiler: no son montañas de donas ni barriles de refresco, aunque alguno podría quererlo. La nutrición en la NFL es una ciencia, una combinación de carbohidratos estratégicamente colocados, proteínas al punto y un ejército de PopCorners. Así es como funciona.
La alimentación de un jugador de la NFL no es un simple “come más para estar más fuerte”. Cada posición en el campo requiere un enfoque nutricional diferente, diseñado para maximizar el rendimiento y mantener el cuerpo en su mejor forma. Steven Benjamin, director de rendimiento y nutrición de los Atlanta Falcons, explica que una pequeña variación en la dieta puede marcar una gran diferencia: “Un cambio del 1 o 2 % puede mejorar la recuperación, el sueño y la energía en el campo”.
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La dieta como un traje a la medida
Benjamin divide a los jugadores en tres categorías según sus necesidades calóricas:
Jugadores grandes: linieros ofensivos y defensivos, con un consumo mínimo de 4,500 calorías diarias (hasta 7,000 en pretemporada).
Jugadores grandes y hábiles: apoyadores y alas cerradas.
Jugadores hábiles: mariscales de campo, receptores abiertos y corredores, que requieren al menos 3,500 calorías al día.
Jake Matthews, liniero ofensivo, lo describe así: “No como diferente, solo como mucho más. Si alguien come una pechuga de pollo, yo como tres”.
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Carbohidratos: el combustible de los campeones
Los carbohidratos son el secreto para mantener las reservas de glucógeno, esenciales para deportes de alta intensidad como el fútbol americano. Frutas, verduras, granos integrales y tubérculos como papas y camote son imprescindibles.
Drake London, receptor abierto, aprendió esto de primera mano. Sus prácticas mejoraron cuando añadió un batido matutino cargado de carbohidratos antes de entrenar. “El desayuno realmente es la comida más importante del día”, admite.
Proteínas: el motor de la recuperación
Las proteínas ayudan a reparar y construir músculo. Aunque los jugadores suelen ser grandes consumidores de carne magra, como pollo y pescado, el exceso no siempre es mejor. London, por ejemplo, descubrió que estaba comiendo más proteína de la necesaria y ajustó su dieta gracias a las fotos que enviaba a Benjamin.
Grasas buenas: inflamación bajo control
Las grasas saludables, como las del aguacate, el salmón y los frutos secos, son esenciales para reducir la inflamación y mantener la energía. Los linieros suelen necesitar más calorías, pero incluso los jugadores más delgados, como Darnell Mooney, receptor de los Chicago Bears, dependen de snacks ricos en grasas saludables para rendir.
¿Qué se necesita para alimentar a un equipo?
En un día típico de práctica, los Falcons consumen cantidades asombrosas de comida:
-360 huevos.
-60 libras de carne de res.
-30 libras de mariscos.
-40 libras de pechuga de pollo.
Todo esto se complementa con snacks como PopCorners, que desaparecen a una velocidad alarmante.
La batalla contra la báscula y la hidratación
Uno de los mayores retos es mantener el peso durante la temporada. Los jugadores pueden perder hasta 16 libras en una práctica debido al calor y al esfuerzo. Para combatir esto, se utiliza la “regla del 150%”, que implica consumir 1.5 veces el peso perdido en líquidos, junto con carbohidratos para maximizar la absorción de agua. Además, los batidos personalizados son clave. Benjamin y su equipo preparan más de 60 batidos diarios, muchos etiquetados con el nombre de cada jugador.
Como pudiste darte cuenta, la nutrición en la NFL no es solo ciencia; también es intuición. Los jugadores desarrollan un entendimiento profundo de sus cuerpos y saben cuándo necesitan un extra de calorías o hidratos. Sin embargo, detrás de cada decisión alimenticia está el ojo crítico de expertos como Benjamin, listos para ajustar cualquier detalle.