Bienvenido a la era de internet, donde cualquier persona con una conexión y un smoothie verde puede convertirse en “experto” en nutrición. Desde el auge del ayuno intermitente hasta el fanatismo por las proteínas, no hay tendencia que no pase primero por el filtro de Instagram o TikTok. Pero, entre tanta información, ¿cómo distinguir los mitos de las realidades? Mónica Bearden, nutrióloga del Hospital Houston Methodist, nos explica las tendencias más populares de 2025 y nos da una dosis de ciencia para aclarar el panorama.
1. Ayuno intermitente: ¿Realmente ayuda a tu cerebro?
El ayuno intermitente es el rey de las modas dietéticas. Promete claridad mental, enfoque y hasta estabilidad emocional. Pero, según Mónica Bearden, no todo es tan brillante como parece.
“Las prácticas de ayuno diurno que son populares actualmente pueden dejar a una persona sin energía, incapaz de concentrarse o pensar claramente”, advierte Bearden.
Además, el déficit de nutrientes derivado de estos métodos puede afectar no solo tu bienestar emocional, sino también la salud de tu cerebro. Para mantener tu mente en forma, Bearden recomienda evitar el ayuno extremo y optar por dietas como la mediterránea, DASH o MIND, que son más balanceadas.
“Estas dietas están llenas de nutrientes que fortalecen el cerebro, con muchas frutas y vegetales frescos, proteínas magras y grasas saludables”, explica. Si no quieres renunciar al ayuno, ajusta el horario para que funcione con tu reloj biológico: “En lugar de ayunar durante el día, ayuna por la noche y comienza el día con un desayuno nutritivo”, aconseja Bearden.
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2. El boom de las proteínas: más músculos, menos carbohidratos
La proteína es el héroe del fitness en 2025, promovida como el ingrediente mágico para bajar de peso. ¿Pero es realmente la solución definitiva? “Reducir los carbohidratos ricos en energía y sustituirlos por proteínas magras suele resultar en una menor ingesta calórica, lo que favorece la pérdida de peso”, confirma Bearden. Sin embargo, no es excusa para olvidar las frutas y verduras.
Para los que buscan resultados rápidos, Bearden sugiere un consumo de 1.2 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día. Por ejemplo, una persona de 68 kilos necesitaría unos 82 gramos de proteína diaria. “Es importante incluir proteínas magras, como pollo, pescado o productos lácteos sin grasa, mientras mantienes una dieta rica en vegetales y frutas”, puntualiza.
3. Fibra, prebióticos y probióticos
La salud intestinal ha pasado de ser un tema secundario a ser protagonista de cualquier conversación de bienestar. Según Bearden, la clave está en un microbioma diverso: “La ciencia respalda los beneficios de tener una abundancia de bacterias saludables en el intestino. Las personas con un microbioma más rico suelen ser más delgadas y saludables”, comenta.
Consumir suficiente fibra —25 gramos al día para mujeres y 38 para hombres— no solo favorece la digestión, también mejora el sistema inmunológico. “Los alimentos ricos en fibra, como frutas, vegetales y legumbres, también actúan como prebióticos que alimentan a las bacterias buenas en tu intestino”. Para quienes quieran llevarlo al siguiente nivel, incluir probióticos como el yogur o el kéfir puede marcar la diferencia. “Opta siempre por productos fermentados refrigerados para asegurar la calidad de los probióticos”, recomienda.
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4. Magnesio, ¿el mineral milagroso?
El magnesio está en todos lados: desde cápsulas hasta aguas embotelladas que prometen ayudarte a dormir mejor. Pero, ¿deberías unirte a esta moda? “Aunque el magnesio participa en más de 300 reacciones enzimáticas del cuerpo, no todos necesitamos un suplemento”, aclara Bearden.
Con una dieta equilibrada, que incluya nueces, semillas y vegetales, es posible obtener suficiente magnesio de manera natural. “Comer una dieta balanceada debería ser suficiente para obtener los beneficios del magnesio”, señala.
La era de internet nos ha dado acceso a una cantidad abrumadora de información nutricional. Pero no todo lo que brilla es oro. Como destaca Mónica Bearden: “El equilibrio y la variedad son la clave para una dieta saludable que no solo beneficie tu cuerpo, sino también tu mente”. Recuerda que no hay atajos para la salud, pero sí caminos bien pavimentados con frutas, vegetales y un poco de sentido común.