Es época de posadas y nada dice más fiesta decembrina como un humeante vaso de ponche navideño. Pero aquí va una idea, deja de servirlo en vasos de unicel. Sí, esos mismos que parecen hechos para mantener nuestras bebidas calientes, resulta que este acto aparentemente inofensivo tiene consecuencias que podrían dejar un mal sabor en tu boca.
El unicel, conocido técnicamente como poliestireno expandido, ha sido un pilar en la industria de envases por su capacidad aislante, ligereza y precio accesible. Pero cuando entra en contacto con alimentos o bebidas calientes, la historia cambia. Según el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), el calor puede provocar la migración de estireno, un compuesto químico que forma parte del poliestireno, hacia los alimentos o bebidas.
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Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) asegura que la cantidad de estireno que migra es mínima y dentro de los límites seguros, investigaciones como las del Cancer Council de Australia alertan sobre sus posibles riesgos acumulativos. El estireno ha sido clasificado como “posible carcinógeno humano” por el Consejo Nacional de Investigación de Estados Unidos.
Además, instituciones como UCLA Health señalan que, aunque una exposición ocasional a estas sustancias químicas puede ser inofensiva, su acumulación a lo largo del tiempo podría representar un riesgo mayor, especialmente si usamos vasos de unicel repetidamente con bebidas calientes como café, té… o ese delicioso ponche.
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La bomba ambiental del unicel
Más allá de los riesgos para la salud, el unicel es un desastre para el medio ambiente. Según datos de la UNAM, este material tarda alrededor de 500 años en degradarse. La mayoría de los vasos de unicel terminan en basureros o rellenos sanitarios, ocupando un volumen considerable durante siglos, o peor aún, siendo quemados y liberando sustancias tóxicas al ambiente.
El doctor Jesús Gracia Fadrique, del Departamento de Fisicoquímica de la UNAM, advierte que el unicel no solo genera residuos difíciles de manejar, sino que su producción libera gases contaminantes como las dioxinas, que afectan directamente la capa de ozono.
Alternativas conscientes
Si estás pensando en cómo servir tu ponche esta temporada sin usar unicel, aquí algunas ideas prácticas:
–Vasos de vidrio o cerámica: Son reutilizables, estéticos y totalmente seguros para bebidas calientes.
–Vasos compostables: Hechos de materiales como fécula de maíz o bambú, son una alternativa sostenible al unicel.
–Tazas personalizadas: En muchas reuniones, los anfitriones ofrecen tazas que los invitados pueden llevarse como recuerdo.
El CIAD y otros organismos internacionales coinciden en que la clave está en reducir nuestro consumo de plásticos de un solo uso, como el unicel. Es cierto que los envases de poliestireno son convenientes, pero al final, ni nuestra salud ni el planeta pueden darse el lujo de seguir cargando con sus consecuencias.