Cocinar es un placer o una pesadilla para ti, preguntate eso mientras vives rodeado de programas de televisión y redes sociales repletos de recetas y chefs estrella, es difícil imaginar que para algunos, el simple acto de cocinar pueda ser aterrador. Este miedo se conoce como mageirocofobia. A continuación, exploramos qué es esta fobia, cómo afecta a quienes la padecen y qué estrategias pueden ayudar a superarla.
¿Qué es la mageirocofobia?
Esta fobia puede variar en intensidad, desde una leve ansiedad al enfrentar la cocina hasta un pánico total que impide cualquier interacción con el acto de cocinar. Aunque no es comúnmente reconocida como una fobia grave que requiera tratamiento clínico, puede tener un impacto significativo en la vida diaria de quienes la padecen.
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El término “mageirocofobia” deriva del griego clásico “mageiros”, que significa cocinero o carnicero. A partir de esta raíz, se han desarrollado otros términos relacionados con la cocina, como “mageirics” (el arte de cocinar) y “magirólogo” (experto en cocina). Aunque la mageirocofobia no es tan conocida, es una afección real que puede afectar la relación de una persona con la comida y la cocina.
¿Por qué algunas personas temen cocinar?
La fobia puede tener diversas causas. Entre las más comunes se encuentran:
Ansiedad social: Muchas personas temen ser juzgadas por los demás por la calidad de su comida. Esta presión puede ser abrumadora, especialmente en situaciones sociales.
Experiencias traumáticas: Episodios previos de estrés en la cocina, como quemaduras, cortes o desastres culinarios, pueden dejar una impresión duradera.
Perfeccionismo: La idea de que un plato debe salir perfecto puede paralizar a quienes se esfuerzan por alcanzar la excelencia en su primera tentativa.
Falta de tiempo y energía: En una vida acelerada, la idea de dedicar tiempo y esfuerzo a cocinar puede resultar desalentadora.
Susan Albers, Psy.D., psicóloga clínica especializada en problemas alimentarios y pérdida de peso, señala que el miedo a no tener éxito en la cocina puede ser un obstáculo significativo. En su experiencia, dice: “Como mucha gente, sufría una versión leve de mageirocofobia: el miedo a cocinar. Me resistía a probar nuevas recetas y me sentía abrumada cuando tenía poco tiempo”.
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Consecuencias alimenticias
Evitar la cocina puede llevar a una dependencia excesiva de alimentos preparados, como la comida rápida o los platos de restaurante. Estos alimentos a menudo tienen un alto contenido de grasas, azúcares y sodio, lo que puede contribuir a problemas de salud como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Además, no cocinar en casa priva a las personas de la oportunidad de controlar los ingredientes y la calidad de su dieta.
Susan Albers destaca que cocinar en casa no solo es una práctica más saludable, sino que también puede hacerte un comensal más consciente. “Cocinar un plato usted mismo le ayuda a saber exactamente qué contiene”, dice. Además, el proceso de cocinar puede fomentar una relación más profunda y reflexiva con la comida, haciéndonos más conscientes de lo que comemos y cómo lo disfrutamos.
Cómo superar este miedo
+ Iniciar con platos sencillos puede ayudar a construir confianza en la cocina. A medida que se adquiere más experiencia, se puede pasar a recetas más complejas.
+Tener una cocina organizada y equipada con herramientas adecuadas puede reducir la ansiedad.
+ Probar una nueva receta cada semana puede ser un desafío manejable que ayuda a desarrollar habilidades y confianza.
+Participar en clases de cocina o cocinar con amigos y familiares puede hacer que la experiencia sea más agradable y menos intimidante.
+Enfocarse en el proceso de cocinar y en los detalles sensoriales puede ayudar a reducir la ansiedad y aumentar el disfrute.