¿Sabías que el 21 de mayo es el Día Internacional del Té? Y, aunque seguramente celebraremos nuestro gusto por el matcha, por el boba tea o por el té helado, realmente el la fecha se estableció inicialmente el 15 de diciembre de 2005 en Nueva Delhi, India con la finalidad de generar actividades que fomentaran el desarrollo de la industria del té y el bienestar de sus trabajadores. Pero no fue hasta el 28 de junio de 2019 que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, por sus siglas en inglés) declaró la celebración anual el 21 de mayo, considerando objetivos como los siguientes:
- Proteger los derechos de los trabajadores y agricultores minoritarios a través de un marco legal uniforme
- Garantizar mejores niveles de vida para los productores, reduciendo la pobreza y el hambre
- Sugerir tabuladores de precios en el mercado internacional
- Procurar que la cadena de valor del té sea sostenible en todas las etapas, desde el campo hasta la taza
- Salvaguardar los recursos naturales
- Promover los beneficios del té para la salud
- Promocionar el consumo de té y su comercialización
El té es la segunda bebida más consumida a nivel mundial después del agua, pero no sólo es eso, no sólo son hebras que se infunden para extraer aromas, sabores y colores para deleitar el paladar y reconfortar el cuerpo. El té es cultura, es tradición, es herencia, es símbolo de identidad, es alimento para cuerpo y alma, es un camino de vida, es un idioma universal que une corazones vibrantes en distintas latitudes, es una historia que empezó hace más de 5 mil años… es un medio de vida para millones y millones de familias en el mundo.
Actualmente el 60% del té que se consume a nivel mundial es producido por pequeños agricultores, desde China hasta Argentina, que se enfrentan a difíciles retos como el cambio climático y la necesidad de un crecimiento sostenible ya que, durante la pandemia y el aislamiento, el consumo de té aumentó considerablemente en distintas regiones del mundo y México no fue la excepción. Así como nosotros no estábamos preparados para la montaña rusa de emociones, ni para detener nuestro día a día, encerrarnos en nuestras casas para vivir en pijamas y calcetines o quedarnos sin trabajo, los agricultores tampoco estaban preparados para el alza en la demanda de té.
¿Pero por qué pasó esto? La respuesta es “simple”, necesitábamos conectar con algo o alguien y comenzamos a hacer rituales para cuidar y fortalecer nuestro sistema inmune con la finalidad de tener una mejor respuesta ante el estrés externo, prevenir enfermedades y procurar nuestro bienestar… encontramos en el té una herramienta de autocuidado, la nostalgia de la taza de té que nos servían nuestras mamás o abuelitas nos invadió y encontramos el abrazo que tanto anhelábamos, al detenernos de la ajetreada rutina pudimos voltear a ver eso que la naturaleza nos ha regalado durante miles de años y encontramos, en la Camellia Sinensis, el hilo que nos conectaba con más personas afines a nosotros. El té formó vínculos con aquellas personas que quizás nunca hubiéramos atrevido a socializar y nos llevó por un viaje imaginario para conectar con nosotros mismos ¡esto que la FAO llama confort en una taza!
Es momento de ser conscientes de todo lo que el té hace por nosotros diariamente, tomar medidas urgentes y realizar modificaciones en nuestro estilo de vida para reducir su impacto en el cambio climático ya que la producción de té es muy sensible a las variaciones en las condiciones de cultivo. Es importante que sepas que las oscilaciones en temperatura y lluvia afectan actualmente el rendimiento, calidad e incluso los precios del té, reduciendo los ingresos y la calidad de vida de aquellas personas que dedican alma y corazón para su producción.
Sí, es necesario hacer un cambio y hacerlo ya, estamos agotando el planeta y sus recursos y con ello a nuestro mejor amigo y compañero de vida ¡el té! Te invito a que el Día Internacional del Té, prepares tu variedad favorita, abraces la taza con ambas manos y dediques tiempo para reflexionar sobre el viaje de la Camellia Sinensis desde los jardines hasta tu alma, la tierra que las vio nacer y las manos que con dedicación le dieron vida a las hebras que ahora acompañan tu camino.
Abrazos en taza, Denisse Díaz
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