Por Brenda Vega
Según la leyenda, el chocolate se originó en México cuando el Dios Quetzalcóatl obsequió a los hombres el árbol de cacao, que años después se bautizaría con el nombre científico Theobroma Cacao, que significa en griego “alimento de los dioses”.
El campo mexicano es tan rico y tan diverso que tiene la fortuna de recibir apoyos del sector privado internacional, como Chocolanté, una marca de chocolate hecho con cacao 100% mexicano, cobijada por la empresa Puratos de Bélgica, quienes han apostado por los campos de Yucatán, Tabasco y Chiapas.
La plantación de Tikul, un proyecto que inició actividades en 2009 perfilándose como el primer cultivo de cacao en su tipo en el estado Yucatán. Cuenta con un centro de investigación de Cacao Criollo, para proteger y mantener la producción nacional.
Mathieu Brees, propietario de la marca y creador de este chocolate, se estableció en Yucatán hace 16 años con la idea clara de desarrollar un buen producto aplicando su conocimiento profesional como maestro chocolatero.
En esta iniciativa destacan muchas cosas, entre ellas los guardianes del cacao yucateco, que ofrecen sus conocimientos para fungir la labor de conservación.
Primer Guardián: “Concho” Mario Concepción Burgos, es un reconocido agricultor, miembro de una familia en la que por generaciones se han dedicado a la siembra del cacao en el estado de Tabasco.
Segundo Guardián: “Chuy” Jesús Valenzuela, quien es nuestro ingeniero agrónomo, responsable del control de la fermentación y calidad del cacao en Comalcalco.
Tercer Guardián: Mathieu Brees “Chocolatier”, de origen belga Mathieu es un reconocido chef dedicado al arte del chocolate, fundador de la marca Ki’Xicolatl cuyo máximo interés ha sido poner en relieve la gran calidad del cacao mexicano.
Por primera vez, una empresa internacional pone en marcha un proyecto cacao 100% mexicano, en el que se apoya a los productores del campo nacional en diferentes plantaciones ubicadas en Tabasco, Chiapas y Yucatán.
Esta marca cuenta con una certificación “Cacao Trace”, que realiza una trazabilidad exacta desde el cultivo hasta la barra de chocolate, asegurando una mejora en la vida de nuestros agricultores y pago justo.
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