La tradición de tallar calabazas en Halloween tiene su origen en un mito irlandés del siglo XVIII sobre un personaje conocido como Jack el tacaño. La leyenda cuenta que Jack, un herrero astuto, logró engañar al diablo para evitar que este se llevara su alma, a cambio de diez años más de vida. Al morir, Jack no fue bien recibido ni en el cielo ni en el infierno, quedando condenado a vagar por la Tierra con solo un carbón encendido dentro de un nabo hueco para guiar su camino .
Durante la festividad celta de Samhain, que marcaba el final del verano y el comienzo del nuevo año el 1 de noviembre, se creía que las almas de los muertos visitaban sus antiguos hogares. Los irlandeses comenzaron a tallar nabos y papas con caras espeluznantes para asustar a las almas errantes, incluyendo la de Jack.
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De nabos a calabazas: la adaptación americana
La llegada de inmigrantes irlandeses a Estados Unidos en el siglo XIX trajo consigo esta peculiar tradición. Sin embargo, los nabos eran difíciles de conseguir en América, por lo que la calabaza, una planta nativa y abundante en la región, se convirtió en el sustituto perfecto. Al ser más grandes y fáciles de tallar, las calabazas se adaptaron mejor a la tarea y se popularizaron rápidamente como la nueva linterna de Jack, o “jack-o’-lantern” .
La costumbre de tallar calabazas coincidió con la evolución de Halloween como una festividad secular en Estados Unidos. Lo que comenzó como una celebración para honrar a los difuntos se transformó en una noche de disfraces, dulces y decoración, con las calabazas talladas como protagonistas indiscutibles de los porches y ventanas.
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Más allá de la decoración, es un acto de comunidad
Además de ser una actividad festiva, el tallado de calabazas ha encontrado un lugar en las actividades benéficas y comunitarias. En eventos como el Gran Carnaval de la Calabaza en Nueva Zelanda, las calabazas talladas se utilizan para recaudar fondos para hospitales locales. Las competiciones de tallado también han ganado popularidad, convirtiéndose en una forma de unir a las comunidades y celebrar la creatividad .
La tradición de las calabazas de Halloween, desde sus humildes inicios en Irlanda hasta su evolución en Estados Unidos, es un recordatorio de cómo una leyenda puede transformarse y adaptarse a nuevas tierras y culturas. Este año, al encender tu calabaza tallada, recuerda a Jack el Tacaño y su eterno vagar. Celebra una tradición que ha cruzado océanos, además de siglos para llegar hasta nosotros.