La Navidad y el Año Nuevo son consideradas celebraciones que tienen arraigo en Occidente, pero por su rápida popularidad y expansión han llegado a realizarse en todo el mundo.
En estas épocas es común ver que se llevan a cabo cenas en familia con preparaciones que se elaboran con diversas recetas y se replican durante generaciones. Pero estas festividades no son compartidas por todas las culturas en el mundo, en muchos lugares, no se celebran debido a diferencias culturales, religiosas o históricas.
Medio Oriente
En países de mayoría musulmana, como Arabia Saudita o Irán, la Navidad no es una festividad significativa, porque no forma parte de las tradiciones islámicas. En cambio, hacen verbenas como el Eid al-Fitr, que marca el final del Ramadán, o el Eid al-Adha, conocido como la Fiesta del Sacrificio. Durante estas se consumen alimentos como el kabsa (un platillo de arroz especiado con carne), dátiles, dulces como el ma’amoul, que son pequeños bollos especiales que se rellenan de dátiles, pistachos o nueces y carnes asadas o guisadas en honor a las celebraciones religiosas.
Oriente
En naciones de mayoría budista, como Japón y Tailandia, las tradiciones navideñas no están relacionadas con sus creencias religiosas. Sin embargo, en Japón, la globalización ha llevado a una curiosa tradición de consumir pollo frito (popularizado por KFC) en Navidad, aunque las celebraciones principales se reservan para el Oshogatsu o Año Nuevo japonés. Durante este periodo, se prepara el Osechi Ryori, una caja con platillos especiales como huevo dulce, algas y mariscos, además de mochi y fideos soba, que simbolizan prosperidad y longevidad.
En India, donde predominan las tradiciones hinduistas, la Navidad tampoco es una festividad destacada para la mayoría de la población. En su lugar, existe el Diwali, conocido como el Festival de las Luces, y Holi, el Festival de los Colores. Durante estas instancias, se consumen dulces como laddus y gujiyas, así como platillos tradicionales como el biryani vegetariano y frituras de vegetales como las pakoras. Estas comidas reflejan la riqueza de especias y sabores de la cocina india.
En lugares con pasado comunista, como Rusia o China, la religión fue restringida durante muchos años, por lo que las juergas religiosas como la Navidad no tuvieron un papel relevante. En su lugar, las celebraciones de Año Nuevo adquirieron gran importancia, como en Rusia, donde se celebra el Novy God. En ella se disfrutan platillos como la ensalada Olivier, el arenque Shuba y pan con caviar. En China, el Año Nuevo Lunar es el evento más significativo, acompañado de comidas como los dumplings (rellenos de carne o vegetales), el Nian Gao (pastel de arroz glutinoso) y el famoso pato laqueado o pekinés.
En Corea del Norte, dirigido por la dinastía de los Kim, es uno de los lugares del mundo más hostiles para el espíritu navideño. Por esas tierras, lo que sí conocen es la celebración en honor al cumpleaños de Kim Jong-Suk, la abuela fallecida de Kim Jong Un, que coincide con las festividades navideñas del resto del mundo, el 25 de diciembre. Durante estas celebraciones, muchos se consideran con suerte ya que obtienen doble ración de comida .
La Navidad no se ha celebrado abiertamente en Corea del Norte desde que la dinastía Kim comenzó a tomar medidas enérgicas contra las libertades religiosas en 1948 y aunque la constitución norcoreana técnicamente permite la libertad de religión a todos sus ciudadanos, cualquier práctica religiosa o ceremonia festiva espiritual por parte de un individuo o grupo de personas corre el riesgo de encarcelamiento o de sanciones más drásticas como la prisión, tortura o desaparición forzada, pese a ello, algunas pequeñas comunidades cristianas que sobreviven en Corea del Norte, se rebelan y celebran sus fiestas de manera clandestina.
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África
En África Subsahariana, los equivalentes navideños no siempre son comunes, especialmente en comunidades que celebran tradiciones locales. Por ejemplo, en Nigeria, el Festival del Yam marca el final de la cosecha y se acompaña de platillos como el yam pounded (puré de ñame) y el jollof rice, un arroz especiado. Estas celebraciones, centradas en la conexión con la tierra y las cosechas, tienen más significado que las festividades cristianas importadas.
Otro caso es Somalia, ubicada en el extremo oriental de África cuya población es fundamentalmente musulmana. Por años sus conflictos internos la han hecho un país socialmente inestable, forzando a muchos de sus habitantes a escapar a otros lugares de África, Asía y Europa, haciendo que también entren tradiciones occidentales, pues cuando estas familias vuelven, traen consigo costumbres que aprendieron en los lugares donde estaban refugiados.
Pese a ello, la occidentalización es algo indeseable para las autoridades somalíes, quienes adoptaron la Sharia (ley musulmana) en 2009 como religión del Estado y en 2015 determinaron que cualquier celebración o evento por fuera de esta estaba prohibido en el país.
Al final Todas ellas reflejan la diversidad cultural y religiosa del mundo. En su lugar, se celebran festividades propias con comidas que resaltan los valores y tradiciones locales, desde el simbolismo espiritual de los alimentos en el Ramadán hasta las ofrendas coloridas del Año Nuevo Lunar. Estas tradiciones culinarias son una muestra de la riqueza cultural de cada región.