Alfredo Márquez
El cultivo de jícama se ha perdido para el presente ciclo, luego que productores decidieron no sembrar este tubérculo por la falta de humedad, aunque las lluvias que se han presentados son favorables, el riesgo de pérdidas es mayor por el inicio de la temporada de ingreso de frentes fríos que destruyen las plantaciones.
Deivis Deantes Maya, productor agrícola informó que las condiciones climatológicas adversas que se han vivido en la zona norte de Veracruz, provocaron que en el ciclo de siembra correspondiente al 2023, sólo se hayan sembrado 10 hectáreas aproximadamente.
Reduce la siembra
La principal causa de esta situación fue la falta de humedad, las lluvias no se presentaron en sus temporadas, pero los productores prepararon la Tierra para estar listos en cuanto las precipitaciones llegaran, pero esto no sucedió.
En este ciclo la superficie de siembra de jícama se redujo, porque de las 350 hectáreas que se cultivaban, los productores solo prepararon 50 hectáreas, de las cuales solo se sembraron 10 de ellas por parte de cinco productores.
La ausencia de lluvias y falta de humedad mantuvo en suspenso la siembra de jícama, ya que los meses para ello son agosto y septiembre, este último ya considerado tardío por el riesgo que se pierda la planta, dijo.
Riesgos en los ciclos
Deivis Sael Maya Deantes, productor de la comunidad kilómetro 75 de Tampico Alto, dijo que los períodos de siembra de jícama son del 15 al 30 de agosto, para cosechar en la segunda quincena del mes de diciembre, mientras que algunos productores lo hacen más tardío y siembran hasta septiembre para cosechar en el mes de enero.
Para los productores sembrar la semilla de jícama en septiembre es de mucho riesgo, porque germina a los 7 días y al cumplir un mes la planta tiene unas 4 hojas pero es pequeña, débil y expuesta para que un ligero viento por efecto de norte pueda derribarla y arruinar el cultivo.
Productores disminuyen
La producción de jícama en la zona norte de Veracruz llegó a ocupar una superficie de aproximadamente 700 hectáreas en los municipios de Pueblo Viejo, Tampico Alto y Ozuluama, con cerca de 200 pequeños productores.
En la actualidad y debido a diversos factores como la sequía, falta de mercado, precio bajos, han provocado una disminución en el número de productores en este ciclo es de aproximadamente 30, desde los cuales siembran una hectárea, hasta los que cultivan varias hectáreas que apenas cubren una superficie de 50 hectómetros.
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La principal causa por lo que ha disminuido el número de hectáreas y de productores es la descapitalización que han enfrentado los campesinos desde la pandemia en el año 2020.
Por su parte el productor Deivis Sael Maya Deantes, dijo que las lluvias en la zona de cultivo no fueron suficientes para la siembra.
No salen las cuentas
El precio del kilo de semilla de jícama costó 250 pesos, de los cuales se requieren 25 kilos para sembrar una hectárea, que resulta a un costo de más de 6 mil pesos, que para un pequeño productor que cultiva 5 hectáreas requiere invertir 30 mil pesos solo en la semilla.
Pero el costo total de inversión para una hectárea de jícama, desde la siembra hasta la cosecha es de aproximadamente 40 mil pesos, dinero que muchos de los productores no tienen, al quedar descapitalizados por las pérdidas que han tenido a lo largo de los últimos 10 años.
Por ello la producción de jícama en la zona norte de Veracruz se redujo drásticamente en el presente ciclo de siembra, debido a la falta de humedad y de recursos entre los productores.