Atrás quedaron los cazos enormes, los garabatos y amplias estructuras con fogones para darle paso a las licuadoras, las tarjas de aluminio y las luces artificiales, es así como las zonas de preparación de los hogares actuales han cambiado significativamente hacia la integración de un sólo sitio.
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Para estas nuevas dinámicas, el diseño de interiores es el encargado de armonizar los nuevos lugares, por eso Veronica Millares, Food Space Designer, nos platica más acerca de esta tendencia que se adapta a los departamentos.
Millares cuenta que la cocina como lugar se entiende desde un tema de cohesión social, es por eso que en estos sitios se generaba diálogo y unidad. “Anteriormente íbamos con la abuela a comer y teníamos estos espacios de convivencia en donde estaban los primos, los tíos en el comedor y las hijas, esposas y tías preparaban todo en la cocina, por eso eran grandes”, recuerda.
Actualmente, comenta Millares, esta zona se adapta a cambios de patrones y diversos factores, como los económicos, cambios sociales, transformaciones de roles laborales, así como tendencias estéticas y funcionales, “por ejemplo, en las ciudades, donde ya no hay quien prepare los alimentos por falta de tiempo, se encuentran las comidas prefabricadas como las de entrega o delivery, con productos para pre calentar o descongelar, aunado a que el punto de reunión y conversación se trasladó a los restaurantes, esto cambió a la cocina de un lugar de creación y reproducción culinaria a uno almacenamiento y preparación”.
Por ende, reflexiona, con el avance de la tecnología, los utensilios, infraestructura y artefactos cambiaron con los años para hacer varias tareas, ser más reducidos, prácticos y para bajar su consumo energético. “Por ello, el diseño busca tener un sentido, una historia para que cada lugar tenga una razón de ser”, dijo.
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“Todo esto hace que la cocina tradicional se transforme, adapte y se desplace a otros sitios donde su preparación se vuelve parte del producto de venta, lo cual cambia los hábitos de consumo y dietas”, dice Millares.
Ahora los departamentos de no más de 20 m2 son una realidad y por ello en la dinámica en la que interactúan los espacios, así como la necesidad de generar monoambientes y conjugaciones tipo sala-comedor-cocina, y donde se requieren multifunciones, por ejemplo, “el comedor se convierte en oficina, en sala de entretenimiento”.
“Es así como el diseño busca tener un sentido, una historia que contar para que cada lugar tenga una razón de ser”, finaliza Millares.
“La cocina se ha convertido de un lugar de creación y reproducción culinaria a uno de almacenamiento y preparación”
“No hay cocina pequeña, solo espacios que se tienen que resolver al milímetro”
Veronica Millares, Food Space Designer
Electrodomésticos infaltables
Refrigerador o frigobar
Horno de microondas o de gas
Licuadora
Cafetera
Estufa
Freidora de aire
Extractor o campana de aire
Fregadero o Tarja
Luminarias
5 flujos para considerar el diseño
-Comida
-Recipientes
-Higiene
-Desechos
-Almacenamiento
Otras consideraciones:
-La dimensión del usuario
-Costumbres
-Percepciones
-Movimientos
Datos
Colores: Elige claros y materiales reflectantes, dan una sensación de amplitud y claridad
Iluminación: Las lámparas, leds y otras formas de alumbrado ayudan a sustituir la falta de luz natural
Mantenimiento: Líneas limpias y superficies lisas y la elección de materiales como acero inoxidable, pvc y plásticos neutros buscan que tengan una limpieza eficaz y duradera
Incorporación: Embeber los electrodomésticos en los muebles que instalemos es muy buena opción. Lavavajillas, microondas y horno se empotran en muebles,
Personalización: Escoge texturas y detalles permite se adapten al estilo y personalidad para construir ambientes
28 metros cuadrados mínimo debe medir una casa para ser digna, según la ley mexicana
47 mil pesos es lo que cuesta mandar a diseñar la renovación en una casa de interés social
300 mil pesos es el gasto promedio de redistribución en una casa de mayor poder adquisitivo
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