El mundo gastronómico mexicano está de luto tras el fallecimiento de María de Jesús Castillo Lugo, el alma y corazón detrás de Fonda Margarita, un bastión de la cocina tradicional en la Ciudad de México. A sus 84 años, “Chuchita”, como era cariñosamente conocida, dejó un legado inigualable en la cultura culinaria mexicana, al frente de un lugar que alimentó con sus sabores auténticos y su inquebrantable pasión por la tradición.
Desde que se dio a conocer la noticia el 27 de agosto a través de las redes sociales de la fonda, no han dejado de llegar mensajes de pésame y reconocimiento hacia quien, con sus propias manos, supo conservar y elevar la cocina mexicana a un nivel que traspasó fronteras. Fonda Margarita, fundada originalmente por su madre, Margarita Lugo de Castillo, fue el escenario donde María de Jesús transformó esta cocina en una experiencia tan cercana como inolvidable.
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La historia de Fonda Margarita
Margarita Lugo de Castillo habitaba en el Barrio de Tlacoquemécatl durante su transformación en lo que ahora es la Colonia Del Valle. La construcción de los edificios de departamentos y las residencias llevó al barrio a cientos de trabajadores de la construcción.
Durante esta época, la Segunda Guerra Mundial tenia a su esposo en los Estados Unidos como brasero y ella junto con sus hermanas comerciaba flores y legumbres, sin embargo su talento para preparar guisados la llevó a establecer un puesto de comida en las inmediaciones de su barrio.
Desde las 5:30 las cazuelas de Margarita alimentaban a albañiles, pintores, ingenieros, jardineros, arquitectos y demás trabajadores. Al pasar de los años y con la colonia establecida Margarita se mudó a un local hecho de carrizos de bambú. posteriormente empezó a recibir a sus nuevos comensales en su ubicación actual.
Margarita falleció en noviembre de 1993, quedando a cargo del negocio su familia, quienes continúan el legado iniciado por su madre y abuela.
El Legado de “Chuchita”, su hija
Con su carisma discreto y su mano firme en la cocina, María de Jesús Castillo Lugo no solo mantuvo viva la tradición de su madre, sino que la expandió, haciendo de Fonda Margarita un referente obligado en la Ciudad de México. Desde las primeras horas de la mañana, la rutina en la fonda era un reflejo de su disciplina y amor por lo que hacía. Cada plato, desde los frijoles refritos hasta las manitas de cerdo, pasaba por su supervisión, asegurándose de que el sazón fuera exacto y el toque humano estuviera siempre presente.
Este pequeño rincón en la Colonia del Valle se convirtió, gracias a “Chuchita”, en un lugar de peregrinación para todos aquellos que buscan una auténtica experiencia de la cocina mexicana. Las largas filas que se forman antes del amanecer, con clientes de todos los estratos sociales, son testimonio de la calidad y autenticidad que caracterizan a la fonda. Artistas, políticos, turistas y locales se han sentado en sus mesas, compartiendo espacio y comida en una comunión que trasciende lo gastronómico.
Fonda Margarita, bajo su liderazgo, no solo sobrevivió, sino que prosperó en un entorno cada vez más competitivo. Esto se debió en gran parte a la consistencia de los sabores y a la atmósfera cálida y acogedora que María de Jesús logró mantener. Este esfuerzo constante por preservar la esencia de la cocina mexicana ha sido reconocido por diversas guías e instituciones culinarias, que ven en Fonda Margarita un ejemplo de lo mejor que la gastronomía tradicional mexicana tiene para ofrecer.
Los platillos más pedidos
Frijoles con huevo. Una mezcla de sabor ideal para acompañar cualquiera de los guisados, podrán parecer simples pero su sabor te llenará de recuerdos.
Chicharrón en salsa verde. Un clásico de raíces veracruzanas mezclado con el tradicional chicharrón de cerdo del centro del país, suave con la salsa y lleno de sabores que son una celebración.
Chilaquiles verdes. Los momentos de más necesidad han reunido a los mexicanos, los chilaquiles son muestra de como un origen humilde puede hacer un gran platillo lleno de fuerza y armonía.
El adiós de una figura inolvidable
Con la muerte de María de Jesús Castillo Lugo, se cierra un capítulo importante en la historia de la gastronomía mexicana, pero su legado perdurará en cada platillo servido en Fonda Margarita. Su nieta, que también lleva el nombre de Margarita, continúa la tradición familiar, asegurándose de que la fonda siga siendo un refugio para los amantes de la buena comida.
Hoy, más que nunca, la comunidad gastronómica y todos aquellos que alguna vez disfrutaron de una comida en Fonda Margarita, sienten la pérdida de “Chuchita”. Sin embargo, también celebran su vida y su contribución inestimable a la cultura culinaria de México, recordando que, aunque las personas se van, los sabores y las historias que construyeron quedan para siempre.
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