Ya comenzaron las posadas, y en aquellos hogares donde aún se preserva esta tradición, acostumbra regalar su respectivo bolo a los niños, y a los más grandes, su porción de buñuelos bien crujientes, cubiertos de azúcar o de miel de piloncillo.
Aunque este postre no es exclusivo de la temporada navideña, sí es durante el último mes del año, cuando se consumen con mayor frecuencia.
Es un alimento tradicional que, en cada región de la República Mexicana, se prepara de manera distinta, pero se disfruta con el mismo entusiasmo.
¡Ya estamos en WhatsApp! Recetas, comida y muchas recomendaciones culinarias podrás encontrarlas en nuestro nuevo canal. Únete aquí
De dónde vienen los buñuelos
Aunque son típicos de los festejos navideños en México, su origen no es de este país, sino del oriente; específicamente, de Egipto, Turquía y Marruecos.
Los primeros referentes de este alimento, son unas bolitas de masa frita, elaboradas con harina de trigo, que previamente se endulzaban con miel, lo que les daba una textura crujiente por fuera, pero muy suave por dentro.
Con los intercambios comerciales, el platillo llegó a España, donde su preparación tuvo una variante, ya que se elaboraban con una capa de masa más ligera y delgada, dejándolos aún más crujientes. Así nacieron los que se conocen como buñuelos de viento.
Con esta receta, los conquistadores los introdujeron a México, donde se añadieron ingredientes como la canela, el piloncillo, vainilla y, en algunas zonas, hasta esencia de naranja o anís.
Ya que fueron los españoles, sobre todo los frailes, los culpables de traer esta delicia a México, fueron los conventos en donde se elaboraban con mayor frecuencia, durante el virreinato. Incluso, se dice que fue localizado un recetario, escrito por la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz, en el que hay tres recetas distintas para hacer buñuelos.
Actualmente, se pueden encontrar buñuelos de la forma tradicional, que es como una tortilla, hasta de figuras navideñas, como arbolitos de navidad, flores de nochebuena, copos de nieve.
Receta de los tradicionales buñuelos de viento
Para 20 – 25 buñuelos aproximadamente.
Ingredientes:
125 ml de agua.
125 ml de leche.
50 g de mantequilla.
1 pizca de sal.
1 cucharada de azúcar.
150 g de harina de trigo.
3 huevos grandes.
Aceite vegetal (para freír).
Azúcar glas (para decorar).
Opcional: crema pastelera, nata montada o chocolate para rellenar.
Modo de preparación:
1 ) En una cacerola, pon a calentar el agua, la leche, la mantequilla, la sal y el azúcar. Lleva a ebullición.
2 ) Cuando la mezcla hierva, retira del fuego y agrega de golpe la harina, removiendo con una cuchara de madera hasta formar una masa homogénea.
3 ) Regresa la cacerola al fuego bajo y sigue removiendo durante 1-2 minutos para que la masa pierda humedad y quede compacta. Retira del fuego y deja enfriar un poco.
4 ) Agrega los huevos de uno en uno a la masa. Remueve bien antes de añadir el siguiente huevo. Al principio parecerá que la masa se corta, pero sigue mezclando hasta que quede lisa y brillante.
5 ) Calienta abundante aceite en una sartén o cazo profundo a temperatura media (170-180 °C).
6 ) Con una cuchara o una manga pastelera, forma bolitas de masa y échalas al aceite caliente. Fríelas en tandas pequeñas para evitar que el aceite pierda temperatura.
7 ) Los buñuelos se inflarán y girarán solos. Fríelos hasta que estén dorados por todos lados.
8 ) Retira los buñuelos del aceite y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
9 ) Espolvorea con azúcar glas al gusto.
¡Síguenos en Facebook! Es gratis: