Un postre frío muy popular en México por su sencillez, su base son las galletas Marías intercaladas con una deliciosa crema de limón. También se le conoce como pastel, tarta o carlota de limón. Preparado con este pequeño cítrico, no solo es un as bajo la manga en la gastronomía, sino también un verdadero superhéroe para nuestra salud. Así que, ¿por qué no darle el protagonismo que merece en un postre?
Rico en vitamina C, antioxidantes y minerales esenciales como el potasio y el magnesio, el limón no solo fortalece tu sistema inmunológico, sino que también favorece la salud cardiovascular y la digestión.
Hoy vamos a preparar una carlota de limón, un clásico que nunca falla, pero con un toque extra para hacerlo más sustancioso. Y no solo eso, también te contaremos cómo acompañarla con los mejores toppings y los maridajes perfectos.
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Ingredientes
1 lata de leche evaporada
1 lata de leche condensada
4 paquetes de galletas María
7 limones
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Procedimiento
-En un bol grande, mezcla la leche condensada, la leche evaporada y el jugo de limón. Bate hasta obtener una mezcla homogénea y espesa. Esta será la base cremosa y ácida que todos adoramos.
-En un molde rectangular, coloca una capa de galletas Marías. Cubre las galletas con una capa de la crema de limón. Repite este proceso hasta llenar el molde, terminando con una capa de crema de limón.
-Lleva el molde al refrigerador por al menos 4 horas, o mejor aún, déjalo toda la noche. Esto permitirá que las galletas se suavicen y absorban todo el sabor del limón.
-Antes de servir, espolvorea ralladura de limón por encima para darle un toque fresco y un aroma irresistible.
Acompaña con toppings
-Arándanos, fresas o frambuesas agregarán un toque de color y frescura.
-Almendras laminadas o nueces picadas darán un contraste crujiente.
-Un merengue suave y esponjoso puede darle un toque elegante.
-Para los amantes del chocolate, unas virutas de chocolate oscuro son el complemento perfecto.
Maridaje para disfrutar
El sabor ácido y dulce de la carlota de limón se puede acompañar de diversas bebidas como un Prosecco o Cava con notas frutales y burbujeantes que complementan perfectamente la acidez del limón. Para una opción sin alcohol, un té verde frío añade un contraste refrescante y limpio. Para intensificar el sabor del cítrico, una limonada casera con menta es ideal.