Por Fabiola Caballero
En el corazón de Zacatelco, Tlaxcala, se comercializa un postre artesanal desde 1933, cuya historia y sabor hoy son reconocidos como patrimonio cultural del municipio ubicado al sur del estado.
¿Cómo surge esta delicia? De acuerdo con la memoria colectiva, ese postre nació a principios de la década de los 90, en un día de tianguis cuando el panadero Fidel Guzmán le pidió al heladero Vicente Tecocoatzi cuidar de su carga; entonces, en agradecimiento el panadero le regaló al señor Vicente un pan de fiesta, el cual decidieron degustar en ese momento combinándolo con helado.
Desde entonces, el pan con helado es una exquisita combinación de dos postres, y que surge en el corazón del sur. Por un lado, el helado empezó a consumirse con la llegada de los españoles como un postre frío, específicamente por parte de la Corona Española.
En tanto el otro ingrediente se trata del pan tradicional de Tlaxcala, elaborado de manera artesanal en hornos de adobe. Natural, de nuez, huevo, nata, con canela o naranja, este pan de fiesta ovalado o largo, se vende en huacales envueltos en hojas de zapote para conservar su frescura y aroma.
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Hoy en día, es vendido en prácticamente todo el estado, pero también en otras entidades como en Puebla, Estado de México y Ciudad de México, donde se conoce como ‘pan de fiesta con helado de Tlaxcala’.
Dato que Adereza
En 2020, el Pan con Helado fue declarado por el Congreso del Estado como Patrimonio Cultural de Zacatelco.
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