Siempre me gustó aprender del vino. Cuando caminaba en los pasillos de los supermercados siempre me detenía en la sección del vino y miraba los estantes llenos de botellas, como tratando de aprender algo de ellas.
¡Cuántos países producen vino y de tantos estilos y calidades! Mi nombre es Federico Ling y soy, entre otras cosas, un profesional del vino. Soy mexicano y aunque originalmente soy politólogo de profesión (estudié mi carrera y maestría en dichas áreas), desde hace varios años vivo en la ciudad de Washington, D.C. en los Estados Unidos y trabajo para una organización sin fines de lucro que se dedica a hacer programas de profesionalización y seminarios internacionales de formación avanzada.
Y ustedes dirán: ¿qué tiene que ver el vino en todo esto? Pues el mundo del vino siempre me ha fascinado y es por ello que decidí certificarme como profesional para ayudar a la gente a comprender más de esta bebida misteriosa, así como a entender qué hay detrás de cada botella, mediante catas especializadas y otros ejercicios educativos (por ejemplo, de maridaje).
He tomado diversos cursos sobre el vino, pero destaco especialmente mi formación como Especialista Certificado del Vino (con la Society of Wine Educators, en Estados Unidos, cuya sede está en esta capital) y estoy terminando el nivel 4 (Diploma) en la organización Wine and Spirit Education Trust (WSET) cuya sede está en Londres (donde además incluí estudios sobre sake y bebidas espirituosas); además de otros cursos en diversas escuelas, como la Capital Wine School de Washington, D.C. y las Universidades de California – Davis y la Universidad de Adelaide, Australia, y The Court of Master Sommeliers – Americas.
Estoy muy agradecido con mi siempre casa editorial El Sol de México de OEM (donde también escribo mi columna semanal de Cable Diplomático), y ahora con Aderezo para comenzar a publicar esta colaboración cada semana llamada: Entre uvas y taninos que versará sobre el vino (y la cultura de este). ¿Qué es lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en vino? Que es algo muy sofisticado, que no está a nuestro alcance, que es difícil de entender y aprender, etcétera. Y por supuesto, hay mitos que nos enseñan desde pequeños: por ejemplo, que un vino “barato” sabe igual a un vino “caro” y que la gente (a veces ni los expertos) no notarían la diferencia; o bien, lo contrario, que un vino “caro” es mejor que uno “barato”; o que la calidad no importa, sino lo que importa es que nos guste. Y así hay muchísimas ideas e imágenes preconcebidas sobre el vino. ¿Son todas ellas ciertas? Ya lo platicaremos, pero hay que “desmenuzar” el conocimiento y formar nuestra opinión propia.
Esta columna pretende ser eso justamente: una forma de desmitificar al vino, su entorno, sus ideas y entenderlo de una forma sencilla y fácil.
¿Cuál es el enfoque que yo propongo? El de aproximarnos al vino desde una perspectiva más amplia. El vino es cultura, son tradiciones, es historia. Cada botella cuenta una anécdota y nos revela cosas que no sabíamos de otros países y otras sociedades. Como todo, requiere práctica y dedicación, pero sobretodo, pasión.
En mi caso personal hubo una época de mi vida cuando no podía beber alcohol porque estaba enfermo; luego entonces, cuando sané y estuve bien, el vino se convirtió en un símbolo de aquella recuperación, de la salud, de la vida. En otras palabras, con moderación, el vino es también un elemento de festejo y de alegría (por ejemplo, pensemos en la Champaña). Y desde entonces me puse a aprender sobre el vino.
Siempre hay algo que aprender y algo que festejar; por ello, propongo que exploremos temas diversos, por ejemplo: ¿cuáles son los tipos de vinos que existen? ¿cuál es el mejor vino? ¿cómo se fabrica el vino espumoso? ¿por qué no todos los países producen vino? ¿cuáles son los mejores rituales sobre el vino que existen? ¿cómo maridar el vino y los alimentos? ¿cómo comprar vino de forma inteligente? En fin, juntos exploraremos este mundo fascinante y lo haremos de forma sencilla, simple y como lo que es: un pretexto para conocer más de nosotros, nuestra historia y aquello que nos une como sociedad y como comunidad en torno a lo más preciado que tenemos: ¡celebrar nuestra vida!