Entre tragos que ponen contentos a los visitantes y deliciosos platillos, las cantinas se han consolidado como un gran legado y tesoro histórico de la ciudad.
La fecha de estos espacios es incierta, aunque mucho se habla de que abrieron sus puertas entre 1946 y 1947 a raíz del conflicto entre México y Estados Unidos.
Fueron 11 cantinas oficiales las que nacieron en la Ciudad de México en el siglo XIX, de acuerdo con el ensayista y poeta Salvador Novo.
Porfirio Díaz y Sebastián Lerdo de Tejada fueron quienes dieron licencia a estos lugares entre 1872 y 1879 lo que permitió tener nuevos espacios de intercambio de ideas.
Una de las más afamadas y aclamadas por los chilangos que goza de un gran legado familiar es Bar El Sella, ubicada en la calle Dr. Balmis 210 y fundada por Don José Ángel del Valle Caso, en el año 1950. Esta cantina ha logrado posicionarse como uno de los mejores lugares para comer en la Ciudad de México, así se autodescribe en su página web: “La mejor cantina de la ciudad”.
Cuando falleció Don José, se quedaron al frente del negocio su esposa, Amparo Salazar y sus hijos José Manuel del Valle y Alejandro del Valle, así como su nieto, José Ángel del Valle.
“Las cantinas son una tradición arraigada en nuestro país, pues eran los mejores lugares donde se comía mejor, y creo que eso fue lo hizo que El Sella ganara renombre”, nos dijo José Ángel.
De buena afluencia la mayoría de los días, El Sella como lo nombran, a través del tiempo ha sufrido modificaciones, según cuenta, en sus inicios el espacio era la mitad de lo que es ahora, con unas cuantas mesas, sillas, la cocina y la barra.
“Aquí venían a tomar un trago después de trabajar, a reunirse con amigos, a jugar dominó, a platicar, a olvidarse de sus problemas y hasta conocer nuevas personas”, dijo.
En la actualidad no ofrecen botana, pero sí, un amplio menú donde los platillos estrella son: el chamorro, el chorizo a la sidra,el pulpo a la gallega y el queso Sella.
“Son recetas de casa, hechas por mi abuelo y su gusto por la comida, creo que la esencia del Sella es eso, una buena comida, rica y llenadora”, comentó.
El ritual de ir a la cantina surge alrededor de la mesa
Lo primero que te ofrecerán es algo de tomar, ya sea el trago icónico de la casa o las batas blancas, que es una bebida que contiene hielos, vodka y agua de horchata; también puedes elegir cerveza o destilados como mezcal, tequila y ron, de este último el que más piden es el añejo y el blanco.
Después te toman la orden, y depende de cuánta hambre tengas, puedes elegir una entrada para compartir cómo una tortilla española, escamoles, chistorra, huevos rotos, jamón serrano, camarones o queso fundido.
Luego puedes optar por una sopa como jugo de carne o caldo de camarón, para seguir con el platillo fuerte, el favorito, la estrella: el chamarro.
“Todos los días hay chamorro y todos los días lo cocinamos, el chef llega a las 6 de la mañana a marinarlo y a hornear por aproximadamente seis horas”, explicó; este se sirve con tortillas, cebolla, cilantro y chile habanero, limones y salsa.
Sobre el ambiente, la cantina no cuenta con música, ni pantallas, pues la idea es disfrutar de una buena platica sin interrupciones.
“Principalmente, la gente viene a hacer la sobremesa, a platicar, a pasarla bien, las pantallas no se prenden al menos que haya algún partido importante”, añadió.
Familias completas, parejas, amigos, “godínez” y clientes fieles, son los que a diario se encontrarán gustosos en el lugar, pero también han desfilado grandes personajes del entretenimiento como el cantante y actor Pablo Montero, quien siempre pide un chamorro y unos tequilitas.
La actriz Carmen Salinas, también era una de las clientes frecuentes quien degustaba de una orden de manitas de cerdo en escabeche y una limonada.
“Es un orgullo seguir con el legado de mi abuelo y estar al frente de este lugar que construyó y que hoy es reconocido por muchas personas”.
El primer trago de la cantina se sirve a las 12:00 del día y el último a las 19:00 horas.
“Tenemos un horario fijo, corto servicio a las siete de la noche, este horario siempre lo hemos manejado, por eso recomiendo venir a buena hora para que coman y disfruten de la tarde, por qué hay veces que el chamarro se termina temprano”.
Lee también
- La sazón de Lula Martín del Campo llega a la Cantina Palacio
- Guía para probar lo dulce y salado de Coyoacán
- Maridaje de cocina tradicional mexicana
- El irresistible pozole de mariscos del chef Alejandro Cuatepotzo
Conoce todo sobre el mundo de la gastronomía a través de nuestro podcast:
Te invitamos a conocer nuestro perfil de Instagram: