Por Ariadna García
Desde meses atrás, familias de la localidad de Coyolillo-ubicada apenas a 40 minutos de la capital del estado de Veracruz- se preparan para el Chiletón, festival cultural comunitario que busca fortalecer la gastronomía afrodescendiente en el marco del Carnaval Afromestizo en el municipio de Actopan.
La preparación de sus tradicionales chiles rellenos lleva meses porque las familias empiezan a hacer sus ahorros para preparar la receta y después ofrecerlos de manera gratuita a los visitantes. “Para nosotros es un festejo de la libertad y es una manera de convivir con todos los que nos visitan”, aseguran.
Las manos con las que son preparados y el que el chile sea soasado en comal de leña es la técnica secreta, pues en la mayoría de los lugares solo lo hierven. Soasar el chile, detallan, hace que tenga una consistencia crujiente y un sabor diferente porque se hace al fogón.
Omar Octavio López López, presidente del Comité del Chiletón 2023 narra que la primera edición del Chiletón se hizo en 2017, y tras dos años de ser suspendido durante la pandemia por Covid-19, este 2023 pudo ser retomado.
“Fue suspendidos dos años, 2021 y 2022 y ahora retomamos esta nueva edición del Chiletón, nuevamente como un festival cultural comunitario que busca fortalecer nuestra gastronomía afrodescendiente. El chile relleno es un platillo culinario que se ha conservado y se ha preparado desde que nuestros ancestros fueron liberados; se empezó con esta fiesta de la libertad que es ahora nuestro carnaval”.
Solo del Comité organizador son alrededor de 15 jóvenes los que colaboran, pero para ese evento gastronómico participa la mayor parte de la comunidad y algunos chefs. “La gente dona entre 4 y 15 chiles, hay personas que donan más, esto depende de la posibilidad de cada familia porque también reciben en sus hogares a sus visitantes”, añade.
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El último año, en 2020, lograron reunir mil 692 chiles y aunque la meta para este era rebasar esa cantidad, no fue posible pues se reunieron mil 020 con los que dieron forma a un chile relleno gigante, porque la tradición no se puede acabar.
Este hecho sucedió desde el domingo 19, pero el 21 de febrero fue el día más importante para la comunidad porque las familias se preparan para recibir a sus seres queridos para compartir. “Los turistas que nos visitan del estado e incluso fuera del estado y el país, pueden degustar este rico platillo tradicional de la localidad”.
Explica que durante todo el Carnaval se reciben alrededor de 10 mil visitantes incluso de países como Estados Unidos y Francia.
“El Chiletón lleva un proceso desde días antes, desde que compras el chile, desde que los desvenan, lo preparan, es muy tradicional porque se guisa diferente, ellos tienen su tradición que le da un sabor diferente a cualquier chile que pruebas en otro lado. Es un proceso que lleva su tiempo y todas las familias de Coyolillo participan en dicho evento”.
Aunado al chile relleno, sostiene en algunas casas también preparan carnitas, chanfaina, patas en escabeche o pozole, aunque el “rey” solo es uno.
LOS CHILES DE ALEJANDRINA
Alejandrina tiene 54 años, aprendió a elaborar chiles rellenos desde muy pequeña a ejemplo de su madre y su abuela; ahora comparte ese arte culinario con su nuera que aprendió también con su abuelita.
Los chiles rellenos de Coyolillo, a diferencia del resto, se asan, -esa es la receta de la abuelita- y se elaboran con manteca, el toque ideal.
Para el Chiletón, fecha importante en el Carnaval de Coyolillo, doña Ale trabajó días y con poco descanso.
Para la elaboración lo primero es desvenar los chiles y hacer el picadillo para lo que se debe tener el tomate, chiles, cebolla y hierbas de olor como el tomillo, mejorana, perejil, oreganito y orégano gordo. La carne para rellenar puede ser de puerco, de pollo o de res e incluso las tres carnes juntas, dice.
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“Se fríe primero el picadillo, se le agregan las hierbitas y ahí se le pone la carne ya desmenuzada, los chiles pueden ser hervidos o asados, yo hago de los dos, pero la abuelita nos enseñó que deben ser asados en el comal. Se rellenan, se harinan, se capean y se fríen con manteca o con aceite, con manteca saben más ricos”.
Alejandrina no lleva la cuenta de los chiles que ha elaborado, pero está segura que son cientos, porque no se les pueden negar a los turistas, familias o visitantes.
“Trabajamos desde una noche antes, yo me acosté como dos horas porque no es trabajo pesado, pero sí laborioso por todo lo que hay que preparar”.
El chile relleno tradicional lleva cerdo, pero también puede ser de pollo y para el miércoles de ceniza y la cuaresma el de sardina.
Aunque hay familias que hacen pocos chiles, todas los elaboran, porque no pueden no darle continuidad a la tradición y no ser los mejores en su elaboración.
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