Por Salvador Moreno
Es un día típico en la capital del estado de Chihuahua, donde el termómetro alcanza casi los 40°C, se encuentra el negocio, cuya área de atención al cliente no pasa de los seis metros cuadrados; la fachada es de una licorería, y la fila de clientes es tan larga como su éxito.Sin embargo, nadie está formado para comprar vino o aguardiente, ni siquiera una cerveza bien helada, tan antojable en tierras norteñas y a una hora en que el sol parece que se proyecta con lupa sobre la tierra.
En este caso, el producto demandado es un Dayvaso, la adictiva bebida no espirituosa con la que muchos chihuahuenses acostumbran mitigar las altas temperaturas. Es tal la solicitud de ese producto, que detrás del mostrador hay una auténtica línea de producción de once personas, desde quien cobra y levanta el pedido, hasta quien entrega el cóctel ya elaborado.
Apenas se da abasto el personal, pues la fila parece no disminuir, porque por uno que se va, llega otro.
La única persona que no se extraña de tantos clientes es el propietario del negocio, el señor Juan Lorenzana. “Gracias a Dios la bebida ha gustado”, reconoce. “Y es algo para todas las edades; nos ha tocado personas que vienen con su niño en brazos, compran el Dayvaso y a los pocos minutos regresan para pedir otro… porque el niño ya le dio el bajón al que compraron”.
Recuerda una ocasión en que él intervenía en el proceso de elaboración de la bebida que inventó y terminó exhausto, después de tanto servir, tirado sobre el suelo. “Se me ocurrió decir que quizá éramos el negocio que más clamatos vendíamos en la ciudad, y uno de mis colaboradores dijo que tal vez del mundo”.
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Rompe récords y reconocido en Estados Unidos
Así le nació la idea a Lorenzana, hombre de espíritu inquieto, de ir a Nueva York, a la sede de los Records Guiness, y proponer el reto de vender más bebidas no alcohólicas en el lapso de una jornada. La marca en 2014 era de 4 mil 120 porciones. Él propuso 5 mil. El registro final quedó en 8 mil 880. “Fue mérito de la gente”, reconoce la popularidad de su bebida, ya para entonces muy bien ganada.
Su historia comenzó casi sin querer siete años antes. Cuando él atendía una licorería que recién había adquirido en base a muchos sacrificios, y que hoy es conocida como la matriz de los Dayvasos. “Tenía un cliente que un día dejó de ir al negocio, y al preguntarle por qué, me dijo que cerca de aquí le ofrecían, además de la cerveza, un clamato fresco para el calor”.
Con toda seguridad, Juan le dijo que podía superar con creces la bebida de su competidor, hoy desaparecido, y le preparó un cóctel a su cliente con el fin de no perderlo, recordando sus épocas de estudiante de preparatoria en Anáhuac, cuando se ahorraba el dinero de los pasajes de transporte público con el fin de comprar los ingredientes necesarios para disfrutar de “su” bebida.
En ese sentido, fue más allá del jugo de tomate con el toque de almeja. Añadió sal, jugo de limón, chile en polvo y una mezcla de salsas que después devinieron en el “ingrediente secreto” del producto, así como hielo. El resultado de esa mezcla fue una fiesta en el paladar de su cliente, a la cual invitó a su esposa, y ésta a sus amigas… lo demás, como se dice, es historia.
Como una verdadera bola de nieve, la fama de los Dayvasos comenzó a crecer gracias al “de boca en boca”, en una era donde las redes sociales ya comenzaban a dominar. “Cuando empecé a vender arriba de 750 vasos por día, supe que eso (sic) iba en serio”, rememora Lorenzana.
Luego vino el nacimiento de la marca, la expansión de la misma no sólo en cuestión de sucursales (actualmente distribuidas en el estado de Chihuahua, en la República Mexicana y algunos lugares de la Unión Americana), sino en la oferta de su producto.
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Hay variedades y sabores
Hoy se puede hablar Dayvasos sencillos o con ingredientes, los cuales pueden ser: carne seca, de igual modo carne seca con chile en sus dos variedades habanero y chipotle, camarón fresco o seco, y almeja.
Asimismo, hay opciones de bebidas refrescantes y adictivas como Dayvasito, Chamodayva, Dayvarindo, Dayvaso de sabor (fresa, chicle, piña, tamarindo, limón, mango, blueberry, coco y maracuyá), la bebida Dayva la encuentras también en presentación frappé en sabores mango, fresa, tamarindo y piña; y botanas como Dayvapapas, Dayvahuates y Tostidayvas.
“Renovarse o morir” es un dicho que Juan sigue a rajatabla en aras de ofrecer más opciones para los paladares más exigentes. Argumenta que no le gusta estar estancado y por eso ahora recorre expos especializadas en bebidas para ver qué más incorpora a su invención.
En lo único que Lorenzana se ha “estancado” es en ofrecer la misma calidad y cantidad de ingredientes desde el cóctel que lo comenzó todo. “En todas nuestras sucursales manejamos las mismas marcas y tenemos medidas (para servir) a fin de que cada cliente pueda degustar lo mismo”, asegura.
Hay una especie de paralelismo entre la fama de la bebida y de su inventor. “Si fuiste a Chihuahua y no tomaste un Dayvaso, ¿a qué fuiste?”, suele
decirse en estas tierras. Y su creador tiene el nivel de un “rockstar”, popular en redes sociales, protagonista de una docuserie en Netflix, que ha llevado su producto hasta Qatar y cuyo negocio es frecuentado por gente de todos los estratos, incluidos influencer y famosos.
Juan sabe que lo peor que puede hacer es “marearse”. Finaliza diciendo que hay que seguir con los pies en la tierra, buscando nuevas opciones en sabor y sucursales, sabedor de que está haciendo un buen producto. La fila que no disminuye, parece concederle razón.
También hay opciones de bebidas refrescantes: Dayvasito, Chamodayva, Dayvarindo, Dayvaso de sabor (fresa, chicle, piña, tamarindo, limón, mango, blueberry, coco y maracuyá), la bebida Dayva la encuentras también en presentación frappé en sabores mango, fresa, tamarindo y piña; y botanas como Dayvapapas, Dayvahuates y Tostidayvas.