Por Viridiana Saavedra
La gastronomía de Jalisco es una de las preferidas a nivel nacional y eso se debe en gran medida a las especias que utilizan; si se trata de elegir a una preferida es complicado, según coinciden Maru Toledo y Margarita López Vergara, dos reconocidas chefs en la entidad, y aseguran que se utilizan mucho las pimientas, pero también el orégano y la mejorana.
A decir de Margarita pimientas, orégano, orégano del monte, chile guajillo o conocido como mirasol, chile ancho y chile pasilla, ajo y cebolla son infaltables en un buen platillo; mientras que Maru agrega que también tienen un lugar importante el tomillo, el clavo, el jengibre seco y el laurel, del que nos contó una historia interesante.
Y es que sobre las tradiciones en torno al uso de algunas especias en Jalisco, una muy conocida es en Tlajomulco de Zúñiga, municipio al sur del área metropolitana y donde todavía se cocina al estilo antiguo.
Ahí en Semana Santa los pobladores se reúnen alrededor del conocido como “Charco Bendito” en la comunidad de San Lucas Evangelista, donde las familias obtienen el laurel para cocinar durante el año.
“La gente sube temprano al cerro, van cantando, van rezando y estando en ciertos lugares aprovechan para lavar la ropa del Cristo o de la Virgen y, una vez que tienen suficientes ramas de laurel, las bajan cargando. Al llegar, montan lo que será el Huerto de los Olivos. Traen ramas grandes y una vez que se termina la escenificación de la Pasión de Cristo, ya para el domingo, al terminar la misa, las personas reparten las hojas de laurel y con esos se cocina durante todo el año”, explicó Maru Toledo, quien además es investigadora gastronómica y autora de varios libros sobre cocina tradicional.
Esa fiesta es una de las más populares en Semana Santa en Tlajomulco de Zúñiga y de acuerdo con información turística del propio municipio, las actividades comienzan desde el miércoles santo, cuando las familias de la localidad se dirigen al templo de San Lucas Evangelista para recoger las vestiduras, lienzos y carpetas de tela bordadas pertenecientes a los santos de la parroquia de la localidad, mismos que se distribuyen dependiendo el género y edad.
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Las cofradías salen a procesión, los varones con un estandarte rojo con El Señor de la Ascensión y las mujeres con uno de color morado con La Virgen de la Soledad, todos rumbo al Cerro Viejo y al llegar al “Charco Bendito” los peregrinos lavan las vestiduras, lienzos y carpetas en una antigua estructura de una presa y luego las tienden entre los sauces del lugar para que se sequen y se retiran del sitio hasta que todas las prendas están secas y listas para regresar al templo.