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Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

La Pasita, más de un siglo de resistencia en Puebla

Tiene un trago icónico de más de 108 años

Por Erika Reyes

La Pasita es una cantina tradicional ubicada en el emblemático callejón de Los Sapos de la ciudad de Puebla que ganó fama mundial gracias a la bebida homónima, elaborada a base de uva pasa, que Emilio Contreras, formulara hace 108 años, para deleitar a sus clientes en la pulpería que acababa de comprar.

La pulpería se llamaba “El Gallo de Oro” y se vendían artículos de primera necesidad como los que ahora encontramos en la tiendas de abarrotes. Cuando Contreras la compró, en 1916, le llamó la “La Guadalupana”. Así funcionó unos meses, porque poco a poco, el trago de uva pasa adquirió personalidad, y entonces reinauguró la tienda como “La Pasita”.

Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Contreras dejó de vender destilados de otras marcas y se dio a la tarea de formular licores de diferentes sabores como limón, piña o naranja, a lo que se sumó el rompope, receta de su esposa, que dicen es el mejor del mundo. Todos fueron del gusto de su clientela, que hasta la fecha acostumbra a pasar a la cantina para beberse uno o dos tragos a sorbos de este licor, ya sea como aperitivo o como digestivo.

Pero el licor de uva pasa que le otorgó el nombre a la cantina, le dio la vuelta al mundo y le aportó un sello propio a La Pasita que se volvió visita obligada del turismo nacional y extranjero, y hoy cuenta con más de un siglo de tradición familiar.

Un lugar con encanto

Entrar a La Pasita es transportarse en el tiempo, porque el negocio se ha mantenido casi intacto desde que Contreras lo abriera. Así, entre curiosidades y comentarios chuscos, le dan la bienvenida a los visitantes.

“El licor de pasita se comenzó a servir con un cuadrito de queso de cabra porque un día estaba aquí un cliente que había comprado queso y mi abuelo le ofreció una pasita, el aceptó, pero como no había comida corto un trozo del queso que había comprado y así se la tomó. Le gustó tanto que le sugirió a mi abuelo que lo combinara para hacer un contraste de sabor”, explica Emilio Contreras, el nieto, integrante de la tercera generación.

Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

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Refiere que en 1960 falleció su abuelo, el fundador, entonces su papá tomó las riendas del negocio, quitó lo abarrotes y le cambió el nombre a los licores para hacerlos más atractivos. Así surgió El Calambre, que es licor de limón; El Fantasma, licor de coco; la crema a go-go, por el baile; o los combinados, como La China Poblana o el Charro que también gustan mucho, pero a la fecha el más demandado sigue siendo La Pasita.

Los anaqueles que se utilizaron para los abarrotes hoy son ocupados por curiosidades de México y el mundo que le dan un aspecto pintoresco y divertido a lo tradicional del local, que se complementa con frases que riman con la bebida estrella del lugar: “Para tus visitas Pasita necesitas” o “Dice Chucho: Pasita me gusta mucho”, entre otras.

La tradición familiar

Entre risas, Contreras dice que el producto que vende es de primera necesidad y por eso se ha mantenido en el mercado cien años. La realidad es que lo pintoresco de la cantina, el buen humor que impera en su interior, y principalmente, la calidad de su producto que es 100% artesanal elaborado con la tradición familiar, es lo que ha hecho que La Pasita sigua siendo referente de Puebla después de un siglo.

Emilio relata que su padre se retiró medio año antes de la pandemia, a los 86 años, entonces él y su hermano tomaron las riendas del negocio. Para ellos fue muy difícil superarlo a pesar de que no pagan renta porque es un local familiar.

Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

Estuvo cerrada un año 8 meses durante la pandemia, fue muy duro, no sé cómo sobrevivimos porque a pesar de que no pagamos renta surgieron otras deudas, que ya pagamos. Pero teníamos dos opciones, cerrar o seguir. Yo personalmente pensé que La Pasita no podía terminar así. Justo cuando se puso más difícil no dieron oportunidad de abrir, y aunque tuvimos que rehabilitar porque estuvo tanto tiempo cerrado”, detalla.

Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

“Cuando abrimos la gente comenzó a llegar porque es un lugar popular y turístico, y así la libramos. A través de los años hemos superado ciertos retos pero ninguno como la pandemia. Ahora quieren hacer peatonal la 6 Norte (lateral) y la 5 Oriente (frontal), puedo entender que quieran cerrar la 6, pero la 5 Oriente es una calle principal y si lo hacen no nos va a favorecer, ni a nosotros ni a los negocios de antigüedades que hay”, concluye Emilio.

Desde 1995, la familia Contreras inauguró otra sucursal de La Pasita, en la 3 Sur 504, en la que no solo ofrece una mayor variedad de licores, sino que también hay servicio de alimentos para acompañar. 

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