Tamara Medina | Diario de Querétaro
Además de ser altamente nutritiva, cuenta con varias propiedades terapéuticas probadas, como sus efectos hipoglucemiante, antianémico, hipolipemiante y anticancerígeno.
En un estudio publicado en el portal Ciencia y Desarrollo, la chaya se clasifica como un arbusto de nombre científico Cnidoscolus chayamansa y que puede alcanzar de dos a tres metros de altura.
En el sur de México es donde crece, principalmente en Yucatán donde es muy apreciada por sus bondades.
Entre los que más destacan son el hierro, la proteína, la fibra, minerales como calcio y potasio, además de fuente importante de vitamina C.
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Pose propiedad antioxidante como los carotenoides, que actúan como antioxidantes protegiendo a las células de los radicales libres y del consiguiente daño a la membrana que provocan estrés oxidativo.
Un estudio realizado en 2009 reconoció las propiedades antioxidantes de la chaya, pues es capaz de estimular la acción de la enzima antioxidante superóxido-dismutasa, sumado a otros compuestos que contiene esta planta.
Otra capacidad de la planta es saciar el apetito y con ello ayuda a bajar de peso a prevenir el sobrepeso, debido a la cantidad elevada de fibra que posee.
Los poderes que se le atribuyen a decir del libro Plantas y Remedios Caseros es ser anti inflamatorio gracias a varios fitonutrientes que forman parte de su composición, lo que se traduce en su capacidad de desinflamar várices y hemorroides, aliviar la artritis y la artrosis.
También se le achaca ser un precursor de la vitamina A gracias a los carotenoides que contiene y con ello sintetiza la vitamina A, necesaria para la visión nocturna y para la salud de la piel y de los epitelios.
Como estimulante de las funciones cerebrales es por la cantidad de minerales que posee, que aporta al organismo el magnesio, cobre, sodio y zinc, que son esenciales para realizar de forma adecuada las funciones cerebrales.
Uno de sus usos más frecuentes son para los pacientes con diabetes tipo 2 ya que la chaya contiene propiedades hipoglucemiante lo cual la hace el complemento ideal quien padece esta enfermedad. Un estudio del 2009 demostró una actividad hipoglucemiante similar a la de los fármacos metformina y glibenclamida. Para estos fines, debe ser consumida en forma de infusión, pero siempre bajo supervisión médica.
Consumir regularmente esta planta también ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, que guardan relación con el riesgo cardiovascular.
Las hojas crudas son tóxicas, debido a un mecanismo de protección ante los depredadores, pues libera ácido cianhídrico (precursor del cianuro) cuando se rompe el tallo, es importante que para eliminar esta toxicidad, la chaya sea cocinada en agua por un período de 5 a 15 minutos antes de ser ingerida. De igual forma, no es recomendable una ingesta superior a 5 hojas por día. Es importante mencionar que el ácido cianhídrico se evapora a una temperatura baja (26 °C), por lo que si se deshidrata al sol, también deja de ser tóxica.
Para emplearla medicinalmente se emplea en forma de infusión, especialmente a partir de las hojas frescas o secas, aunque también puede usarse el tallo y las raíces hervidas durante cinco minutos.
Se recomienda para optimizar la extracción de sus compuestos activos, el uso de unas cinco hojas largas, que deben ser troceadas y cocidas en un litro de agua durante 20 minutos. Se pueden beber 3 tazas al día de esta infusión.
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