Por Marimar Toledo
La historia de Mazatlán se vive y se siente a través de sus lugares más emblemáticos y uno de ellos son las cantinas, donde en un sorbo de cerveza o al comer una rica botana se pueden expresar los más profundos sentimientos.
¡Ya estamos en WhatsApp! Recetas, comida y muchas recomendaciones culinarias podrás encontrarlas en nuestro nuevo canal. Únete aquí.
Actualmente son pocas las que se mantienen enraizadas a la herencia cultural mexicana y una de ellas está en Mazatlán, Sinaloa. Se trata de Edgar’s Bar, que existe desde 1949 en la esquina de Aquiles Serdán con Mariano Escobedo, en la zona del Centro Histórico.
Si quieres una cerveza, un rico pescado empanizado, chiles rellenos de queso y verduras, hasta una botana en un ambiente bohemio con una galería fotográfica histórica de Mazatlán, tienes que conocer este lugar.
Ahí el visitante descubre a través de las imágenes cómo ha sido la evolución del puerto desde los primeros indicios de urbanización y es testigo de sucesos importantes como el Carnaval.
Historia congelada en el tiempo
Pánfilo Díaz, actual propietario, relata cómo nació Simón Bar hace 75 años, con su dueño original que se llamaba Simón Díaz; de ahí pasaron los años, se vendió a la cervecería Superior, hoy Cuauhtémoc Moctezuma, luego se tuvieron varias administraciones hasta que pasó a manos de Edgar Angulo y cambio de nombre a Edgar Bar. Posteriormente tuvo otro dueño, con quien trabajó como cantinero y desde hace 30 años él se quedó con el negocio.
Algo que llama mucho la atención es que al interior del bar cuentan con una clásica “rockola” antigua, donde por 5 pesos las personas pueden buscar y poner la canción que más les guste, pero también se tiene música en vivo con un órgano.
“El concepto de este lugar es que es un sitio tranquilo, aquí no se necesitan de otras cosas para divertirse, es un lugar familiar al que vienen jóvenes, tienen que ser mayores de edad, vienen y escuchan la música del tecladista, porque normalmente son noches bohemias”, explica Pánfilo.
Resistir y evolucionar
A lo largo de las décadas, Edgar Bar ha resistido a las adversidades, le ha tocado vivir de todo, huracanes y temporada de violencia, pero lo peor ha sido la pandemia del Covid-19. A pesar de todo, sigue de pie.
“La pandemia nos atrasó demasiado, económicamente fue un golpe muy duro porque seguimos pagando los impuestos como si estuviéramos trabajando igual, también los servicios públicos, la gente dejó de salir y eso fue lo más duro, pero ya vamos recuperándonos”, señala.
Destaca que los clientes locales y turistas han sido muy fieles al negocio, pues originalmente eran mayormente hombres y mujeres de edad avanzada, posteriormente llegó el segmento de turismo americano y canadiense.
También puedes leer:
- Caldo de siete palos, el “secreto” mejor guardado de Mazatlán
- Deja tú el aguachile, los licuados de coco en Mazatlán
- Llegó la temporada de pajaritos en Mazatlán
“Durante todo el año tenemos turistas extranjeros, porque es un lugar tranquilo, pero en mayor cantidad de octubre a marzo, que es la temporada de invierno. La mayoría de los americanos y canadienses que vienen de día son los que radican de manera temporal en Mazatlán“, afirma.
Desde hace unos años, este lugar que es tranquilo y seguro, es visitado por mujeres y jóvenes para mantener una mezcla de todas las edades principalmente los fines de semana.
Platillos tradicionales
Las cantinas son espacios donde no sólo se bebe, sino que también se come, a veces gratis, otras barato, pero casi siempre delicioso.
En Édgar Bar los platillos “estrellas” son el pescado empanizado y los chiles rellenos de queso Chihuahua con verduras en caldillo de tomate, que son acompañados con frijol y arroz, pero también se tiene camarones para preparar, albóndigas y cazuela, entre otros.
Los platillos se sirven todos los días de 10:00 de la mañana a 4:00 de la tarde, para dar paso a la botona ultramarina, que es sardina, atún, champiñones, ostiones ahumados, salchichas y jamón endiablado, papitas, cacahuates y chicharrones.
En estas más de siete décadas han abierto y cerrado una gran cantidad de cantinas y restaurantes en el Centro de la ciudad, que no han logrado mantenerse, sin embargo Edgar’s Bar ha tratado de conservar las costumbres, platillos y precios accesibles para que este lugar continúe siendo un ícono de Mazatlán.
“Han abierto varios negocios alrededor, sí se ha compartido el cliente, pero el sol sale para todos, hay días buenos y malos, muchas veces más malos, pero nuestros clientes han sido muy fieles y eso no ha mantenido de pie”, puntualiza Pánfilo.
En pleno 2024 las cantinas siguen siendo un motor muy importante para la convivencia de los seres humanos y se convierten en el sitio ideal para recordar las mejores anécdotas y forjar grandes amistades.
DATO
1949 fue el año en que fue abierta la cantina Edgar’s Bar, bajo el nombre de Simón Bar.
Si quieres actualizarte sobre las novedades gastronómicas, no olvides escuchar nuestro Podcast de Aderezo que ya se encuentra disponible: