Por Juan Manuel Molina
La Normal Rural Raúl Isidro Burgos, lejos de las protestas y bloqueos, continúa generando movimientos autogestivos: Cuidar puercos, pastorear chivos y vacas cerca de las aulas es otra característica de esta institución que se ha caracterizado por ser un semillero del movimiento social.
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En este contexto funcionan los llamados módulos de producción, una serie de tareas extracurriculares que realizan decenas de estudiantes del primer año de la Normal. Estas actividades se desarrollan en La Tercera, un amplio espacio dentro de la institución que alberga un establo, comedores y tierra fértil para que los jóvenes siembren.
Estos módulos han funcionado históricamente dentro de la Normal, con tareas que desempeñan cerca de 50 estudiantes del primer año, que en su mayoría no rebasan los 20 años. Se distribuyen en turnos, y realizan estas actividades después de las clases,aunque primero este grupo tiene que hacer una visita al comedor.
El trabajo para cada una de las tareas inicia después de las 15:00 horas y concluye, hasta que todas están hechas; el caso del pastoreo, es la actividad en la que se destina más tiempo.
Los jóvenes se distribuyen en turnos, y realizan estas actividades después de las clases, aunque primero este grupo tiene que hacer una visita al comedor.
Después de la comida, los jóvenes se forman en dos filas en el acceso de una bodega, ubicada
a unos metros de la entrada de La Tercera, donde se guardan todo tipo de herramientas para
agricultura, como machetes, rastrillos, carretillas, picos y hasta fertilizante.
Tienen que pasar primero por un pase de lista y después ingresan en La Tercera, que es como
se le conoce a ese terreno, donde muchos recuerdan su pasado en el campo, antes de venir a la institución a estudiar.
Ingresan y no se pierde ni un minuto; Un primer grupo se dirige hacia un establo de donde sacan a más de 20 vacas y becerros y los llevan a un amplio terreno, junto a una barranca, para que el ganado se alimente. Los mismo hace otro grupo, que pastoreo a un rebaño de chivos, quienes cruzan un riachuelo para llegar a un terreno verdoso.
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Mientras esto pasa el grueso de jóvenes entra a un chiquero, donde, primero llenan cubetas de una toma de agua, y las llevas hacia varias espacios para lavar las heces de puercos; después les colocan agua y alimento.
Este último lugar es conocido por los jóvenes como la “porqueriza”, la cual tienen que visitar absolutamente todos los días, dependiendo de los roles de horarios.
“La finalidad de tener estos animalitos, engordarlos es para autoconsumo… hasta que lleguen a cierta edad, es cuando ya se les da un paso a una mejor vida”, indica uno de los estudiantes.
Comenta que se les ensaña y capacita sobre el cuidado a los animales, y la importancia de la
ganadería de autoconsumo, pero sobre todo a no olvidar sus orígenes en el campo.
El cuidado adecuado deriva en la reproducción de este tipo de ganado. En ciertas temporadas del año, los mismos jóvenes se encargan de sembrar maíz, y otros granos básicos, así como algunas flores.
Los ingresos que se obtienen por la venta de flores son destinados para las necesidades de la propia Normal, así como de sus estudiantes.
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