Si pensabas que lo más loco que has comido es un taco de ojo, prepárate, porque la Mixteca tiene un manjar volador que te va a dejar con las alas –literalmente– en las manos. Las chicatanas son hormigas con alas que solo aparecen una vez al año en temporada de lluvias, son el ingrediente estrella de un platillo tan tradicional como exótico. Y aunque suene raro, estas pequeñas criaturas han sido parte de la dieta de la región desde tiempos prehispánicos. Pero, ¿qué tienen de especial estas hormigas que hacen que los oaxaqueños y pobladores de la Mixteca las esperen con tanta devoción?
Un festín con alas, conoce cómo se preparan
Las chicatanas son como el cometa Halley del mundo gastronómico: aparecen de vez en cuando y hay que estar listo para atraparlas. Solo se dejan ver en las primeras lluvias del año, cuando las mañanas en la Mixteca se llenan de gente corriendo con cubetas y bolsas para recoger estas hormigas antes de que se den a la fuga. Este ritual ha pasado de generación en generación, y lo que sigue después es todo un festín: se asan, se muelen y se transforman en todo tipo de delicias culinarias.
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Uno de los platillos más populares es la salsa de chicatanas, una receta sencilla pero llena de sabor. Primero, las chicatanas se asan en el comal hasta que pierden las alas y se doran ligeramente. Luego, se pasan al molcajete, donde se muelen junto con chile seco, ajo y sal, resultando en una salsa ahumada y picante que es perfecta para acompañar tortillas recién hechas o un buen trozo de carne asada.
Otro manjar típico es el mole con chicatanas, donde estas hormigas aportan un toque especial al platillo. Se hierven junto con el chile ancho y demás condimentos del mole, enriqueciendo el sabor con sus proteínas y nutrientes.
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Más que un platillo exótico
Lo interesante de las chicatanas no es solo su rareza, sino también su valor nutricional. Estos insectos son una bomba de proteínas de alta calidad, perfectas para reparar tejidos y fortalecer el cuerpo. Además, son ricas en grasas naturales y aportan vitaminas como la B12, A y E, lo que las convierte en un alimento completo y energético. Y si eso no fuera suficiente, también tienen fibra, por lo que ayudan a la digestión.
Este platillo no solo es un símbolo de la cocina tradicional de la Mixteca, sino que también forma parte de la herencia culinaria de Oaxaca, una región que ha sabido sacar el máximo provecho de su biodiversidad.
¿Quieres probarlas?
Si te animas a probarlas, recuerda que solo podrás hacerlo una vez al año, cuando las primeras lluvias traen consigo este manjar volador. Así que si te encuentras en la Mixteca durante la temporada de lluvias, no dudes en buscar a los locales que ya estarán con sus cubetas listas, esperando a que caiga del cielo lo que para muchos es una auténtica delicia.