Por Javier Guerrero
Desde tiempos pasados, la flor de bugambilia o camelina ha sido utilizada para curar enfermedades; sin embargo, no muchas personas conocen sus propiedades medicinales.
Esta planta trepadora que se puede ver en los jardínes y aceras de las casas adornando con sus colores, le han servido a la cocinera tradicional, María Elena Reyes Remigio, para crear un atole derivado de estas flores.
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Originaria de la comunidad de Cocucho, la cocinera menciona que esta idea surge de su amor por las flores y sus colores, además de buscar honrar su poder curativo. “Nuestras abuelas nos daban, principalmente, un té de bugambilias para la tos, de ahí surge hacer este sabor”.
Cómo se hace el atole de bugambilia
Su elaboración consiste en poner a hervir los pétalos, recientemente molidos en petate, hasta que desprenda una coloración violeta y lograr una infusión.
El siguiente paso es agregar la cuscua, es decir, la masa de maíz rojo que, originalmente, se cultiva en las sierras de Michoacán. Una vez que se tiene la mezcla uniforme, se incorporan las andrinas o ciruelas nativas del municipio de Uruapan.
Finalmente, para darle un toque más de sabor, a la hora de servir la bebida, se agrega un poquito de mezcal y el atole queda listo para disfrutarse.
Para saber
Otros de los beneficios de la camelina es que tiene propiedades antisépticas, por lo que su uso favorece al cuidado de la piel y ayuda a disminuir el acné.
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