Dicen que el Universo tiene una misión para cada uno de nosotros y que, aunque tratemos de alejarnos de ella, siempre encontrará la forma de regresarnos a ese camino que nos haga encontrar nuestra razón de ser… Como dice mi mami “cuando te toca, te toca y cuando no, aunque te pongas”.
Durante años quise ser arquitecta y, al decidirme por la gastronomía, mi sueño era convertirme en una famosa escultora en hielo y viajar por el mundo con su motosierra.
Nunca imaginé que aquello que me acompañó desde la infancia y fue mi hobby por casi toda mi vida, se convertiría en mi arte, pasión y forma de vida, nunca soñé con ser profesional del té. Y cómo aún no es una profesión del todo, digámosle, popular, te cuento qué hace un Sommelier de té.
Técnicamente es un experto en té, una persona conocedora de la cultura, servicio, cata, degustación y maridaje. Es responsable de seleccionar las variedades de té para una casa o salón de té, restaurante, hotel, bar, cafetería o eventos especiales, así como encargado de diseñar su servicio o una carta. Muchas veces, también ejecuta los rituales de té y guía las degustaciones o capacita a los responsables del servicio.
Profesionalmente, un Sommelier de té debe contar con ciertas habilidades básicas como seleccionar y preparar correctamente un té, según las distintas culturas y tradiciones; conocer los estándares de cata y evaluación de un té e, incluso, saber exactamente cómo se produce el té y como cada uno de los pasos de la manufactura influye directamente al resultado en taza. Además, debe conocer las recomendaciones de almacenamiento para conservar adecuadamente el té, tener la habilidad para detectar errores, defectos o falsificaciones en el té y es muy recomendable que sus conocimientos gastronómicos no se limiten al té, pues de esta manera enriquecerá los maridajes o servicios que vayan más allá de una cata profesional.
Pero, realmente un Sommelier de té es más que eso, es el alquimista de aromas y sabores encargado de crear magia, de enamorar al invitado con un té que maride con su personalidad, con el momento e, incluso, con su estado de ánimo, que lo guíe por un viaje sensorial digno de ser atesorado a partir de las características organolépticas, historias, leyendas y mitos alrededor del té. Es el creador de experiencias inolvidables a través de la Camellia Sinensis, un recurso invaluable de la gastronomía universal que deleita a los sentidos y consienta al espíritu.
Ciertamente existe una formación profesional para un Sommelier de té y muchas escuelas que ofrecen certificaciones internacionales pero para mí, lo más importante, es lograr un entendimiento más profundo, es necesario conocer su esencia, su alma, sus bondades sanadoras energéticas y su gran poder de ser un compañero de vida capaz de crear una conexión, un mejor amigo que camine a nuestro lado. Definitivamente, esto sólo se logra siendo consciente de lo que alimenta nuestro cuerpo y cómo lo afecta, además de estudiar, viajar, conocer gente involucrada en el camino del té y nunca perder la capacidad de asombro, pues el mundo del té es infinito.
Para mí, un Sommelier de té debe ser un gran storyteller, un guía a través de viajes imaginarios para que cada día seamos más amantes del té disfrutando el mundo sorbo a sorbo.
Abrazos en taza, Denisse Díaz
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