Por Adriana García
Productores de café de distintas zonas de Veracruz aseguran que el “coyotaje” y los bajos precios del café los mantienen desamparados y los ha obligado a dejar sus fincas.
El coyotaje es una práctica ilegal que ha persistido desde hace mucho tiempo en la industria alimentaria, ya que se utiliza como instrumento de especulación para manipular los precios de los productos. Usualmente se emplea para adquirirlos de manera fraudulenta, y fuera de las reglas comerciales, sin cumplir con las regulaciones sanitarias, fiscales o de calidad establecidas.
Soledad Álvarez Martínez, que creció entre los cafetales, es productora del café orgánico: Café Puerta del Sol, proveniente de las altas montañas en el municipio de Tomatlán y sostuvo que los coyotes les compran el kilo en cereza a muy bajo precio.
Subrayó que el hecho de tener un café que está cultivado bajo sombra con una temperatura anual promedio de 20 grados, lo hace de alta calidad porque no está sujeto al estrés de los cambios bruscos de temperatura y su maduración es gradual; pese a ello son grandes los desafíos.
“Desafortunadamente se oye fuerte, pero es real, estamos desamparados, en la zona entran como siempre los coyotes, las personas que se dedican a comprarlo y revenderlo, nos han comprado el café a 9 o 10 pesos cuando realmente en otros estados está a 25 pesos el kilo a productor en cereza”, dijo.
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Refirió que, desde hace 15 años, al tratarse de una empresa familiar, en sus procesos no usan químicos, ni ningún fertilizante inorgánico, por lo que su café es arábigo de estricta altura, además de que han logrado una certificación a nivel nacional por el Sistema de Infección y Certificación de Semillas de la República Mexicana.
“Para que nos dieran esta certificación no es tan fácil, son una buena cantidad que se deben cumplir para poder llevar a cabo o que te extiendan la certificación. El hecho es que nuestro café está catado y tiene notas chocolate, vainilla, nuez, un Ph de 7.8 y es muy aromático”.
Agregó que, aunque “empezaron de abajo” ahora producen y comercializan un café de calidad que han podido mantener con todas sus propiedades.
“Nosotros hemos tomado la iniciativa de procesarlo, de hacerlo nosotros, desde la semilla, siembra, cultivo, planta, campo y después el proceso del beneficiado húmedo, el secado, el tostado hasta lo que vemos aquí y hemos hecho el trabajo con mucho cuidado, con mucho detalle a manera de llevar a cabo todos los trabajos cuidando mucho la trazabilidad y el cuidado de la semilla, los patrones y todo para que lleguemos a obtener la calidad que tenemos”.
Soledad es una de las expositoras en el Primer Festival Café Veracruz y dijo que estos eventos son importantes para ellos porque les ayudan a darse a conocer y la población puede comprar productos cien por ciento naturales, traídos del campo y sin intermediarios ni “mano negra”.
Cambian fincas o las abandonan
Judith Landa Méndez es otra de las productoras de la localidad El Colorado Grande del municipio de Tenochtitlan, en la zona de Misantla, agregó que derivado de los bajos precios del café que se ha tenido desde hace varios años, los cafeticultores empezaron a tirar fincas y dejar de creer en el grano para sembrar otros productos.
“Porque el hecho de tener una finca implica que hay que chapearlas, abonarlas, tratar plagas y creo que el poco apoyo que se le ha brindado al cafeticultor en los últimos años, ha hecho que a nuestra zona no se le dé el valor que tiene y que es tan importante”.
Refirió que en la zona hay productores que se quedan con el grano o cereza lo que ha hecho que no se tenga el reconocimiento que merecen, pese a ser región cafetalera importante “con buen café”.
“Hubo productores que empezaron a sembrar pasto para ganado y hay fincas, sigue siendo de las zonas importantes, pero yo recuerdo cuando estaba chiquita eran cafetales al cien por ciento. El año antepasado empezó a subir un poco el precio del café y algunos empezaron a darle importancia a las fincas, pero muchos las dejaron perder”.
Refirió que lo que hacen muchos productores también es vender el café cereza para que no les genere mayor costo, porque el despulpado, el secado y todo el proceso implica un costo significativo, “pero si uno no busca alternativas te quedas en el primer escaloncito que es el corte del café nada más”.
Por ello, expuso que hace falta este tipo eventos como el festival, para darle promoción, pero también capacitaciones y difusión para que los productores se animen a ir más allá y llegar a la taza.
Judith acudió al Primer Festival Café Veracruz en el parque Juárez a exponer la variedad de café arábigo “Tierra Mía” en distintas presentaciones, así como una selección especial que es variedad Colombia.
“Creo que este primer festival nos va a enriquecer para poder fomentar o crear más productos que van de la mano del café. Desde mi bisabuelo hemos cosechado café, pero siempre habían llegado a la etapa de café pergamino y este es un proyecto que inició con mi padre para poder llevarlo a la producción con el café molido”.
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