Pese a las recomendaciones del gobierno de alargar la cuarentena hasta el 17 de enero y no reabrir centros de consumo el 11 de enero, muchos establecimientos se unieron al movimiento o “abrimos o morimos” y decidieron reanudar sus actividades.
La semana pasada más de 500 restaurantes, que incluían fondas, cafeterías, grandes cadenas y restaurantes fine dining se unieron para firmar una carta abierta donde solicitaban a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum que la venta de comida formal se vuelva parte de las actividades económicas esenciales, ya que de sus negocios dependen muchas familias.
La fecha determinada en un principio era 11 de enero, pero debido al alto índice de contagios las autoridades tomaron la decisión de hacerlo hasta el 17; para la industria restaurantera esto ya es insostenible y al estar cerrados las cadenas de valores se rompen.
La Canirac menciona que hasta el momento no se tiene contabilizado el número de negocios que han abierto sus puertas a los comensales.
Es importante mencionar que no todos los restaurantes que firmaron la carta, abrieron sus puertas, solo algunos lo hicieron.
La jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, hace un llamado a dialogar con la finalidad de llegar a un acuerdo, no aumentar el riesgo de contagio y al quebrantar la ley, por ende tampoco aumentar las sanciones.
Restauranteros, afirman que usarán como referencia la propuesta que presentaron las cámaras del sector para funcionamiento en semáforo rojo, con la intención de contar con el aforo mínimo:
Apertura con un aforo del 25% interiores y 35% en terrazas.
Mesas de seis comensales máximo.
Horario de cierre a las 22:00 horas de lunes a domingo.
Uso del código QR para realizar pedidos.
Bajo la misma premisa hoy restauranteros y empleados se manifestaron a cacerolazos afuera de los restaurantes como un llamado de auxilio ante el cierre de sus negocios.