Es común escuchar durante el mes de agosto que las Fiestas de la Vendimia se llevan a cabo en las distintas regiones vitivinícolas: festivales, comilonas y festejos. Pero ¿qué significa eso y por qué se festeja tanto? En mi opinión, tiene que ver con una de las tradiciones más interesantes de la industria vitivinícola, pero especialmente con el momento en que las uvas deben cosecharse. Esta tradición es añeja y la vemos en diferentes partes del mundo.
Hace precisamente un año, por estas fechas, tuve la oportunidad de visitar la región de Sancerre, en Francia, que es conocida primordialmente por sus vinos blancos hechos a partir de la cepa Sauvignon Blanc. Una región pequeña pero importante, situada en el Valle de Loire, en la zona que se le conoce como “viñedos centrales” (porque están en el centro del país). Nos quedamos en un pequeño lugar que un buen amigo rentó y que estaba localizado de forma adyacente a un viñedo.
Por la noche, al terminar la cosecha de uvas durante todo el día, la música, la fiesta, la cena, los festejos y el vino por supuesto, no se hacían esperar y quienes habían estado todo el día bajo el rayo del sol disfrutaban de una noche de descanso para volver a comenzar al día siguiente. Y así, durante los días que le siguen a la vendimia (digamos, un par de semanas).
Esta tradición se repite a lo largo y ancho de todo el país europeo, donde incluso muchos trabajadores agrícolas temporales de otras nacionalidades acuden a la cosecha, pero además de recibir su pago, también tienen diversión, buen ambiente, comida y vino a su alcance. Y generalmente al terminar la cosecha, se lleva a cabo el festejo final, sabiendo que ya no hay que ir al día siguiente a trabajar muy de madrugada.
Así es como las “fiestas de la vendimia” se volvieron un icono y una simbolización que culmina el arduo trabajo en el campo y da el banderazo de salida para la producción de vino, que es sin lugar a dudas, un momento sumamente importante para el enólogo. La vendimia también simboliza el cuidado que durante todo el año se prestó a la vid, protegiéndola de las inclemencias del temporal, así como de otras amenazas, como animales y pestes. Por tal razón la vendimia adquirió este tono celebratorio y festivo, porque lo es.
Hoy en día, la vendimia es un gran momento para hacer promoción de la industria vitivinícola nacional. Es justamente la ocasión de poner en el mapa al vino de la región o del país, hacer una fiesta para darlo a conocer, para atraer turistas, para generar derramas económicas muy necesarias, para aprender de maridaje con la cocina tradicional y para pasar un buen rato. En nuestro caso, la vendimia se lleva a cabo generalmente entre agosto y septiembre, pero en el hemisferio sur recordemos que el ciclo estacional es diferente, por lo que será antes (digamos, en marzo). Como sea, representa lo mismo y es el símbolo de que, entre otras cosas, el vino debe unirnos, generar bienestar, comunidad y sobre todo, buenos momentos para recordar.
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