Se cuenta que un conde de Reino Unido llamado John Montagu, era tan adicto a lo naipes que no se paraba ni a comer, por eso, pidió que le prepararan un poco de carne entre dos rebanadas de pan para seguir jugando mientras metía algo a la panza. Fue cuando surgió el sándwich, llamado también así en honor al lugar donde él vivía.
A partir de ahí continúo el legado, uno que no respeta edades ni ubicación en el mundo, lo mismo lo ves en los menús de restaurantes que en el lunch de cualquier niño; y como en Aderezo nos gusta contar historias, tenemos una relacionada con esta invención: los emparedados de Sándwich Lab.
Transcurría mayo del 2019, cuando Mariana, fanática de los sándwiches y diseñadora de profesión, comenzó a fotografiar los que se preparaba para desayunar; luego con la pandemia ese ritual por tomarle foto a su comida comenzó a popularizarse: los diseños que lograba con cada rebanada de le pidieron llevar la diversión a más personas y niños, hasta convertirse en Sándwich Lab.
“Creo que Sandwich Lab como se conoce ahora, surgió realmente durante la cuarentena, que es cuando tuve tiempo en las mañanas para trabajar pedidos gracias al home-office. Ahora tengo la fortuna de hacerlo en equipo con Julián, mi esposo, y a veces nos ayuda mi hermano, Pablo. Es nuestro pequeño negocio familiar”
Además, cuenta que todos los sándwiches son hechos bajo pedido, ya sea te inspires en lo que se ves en sus redes o pidas personajes nuevos, “es la magia y también reto de que sean diseños personalizados. Ningún pedido es igual y gracias a ellos conoces mucho sobre las personas: sus gustos y lo que más aman en el mundo”
¿Qué forma le darías a tu sándwich?
Mariana cuenta que ha recibido muchas peticiones, pero hay una especial, “tuvimos un clienta que quería regalarle a su sobrina un set de sándwiches con “criaturas del fondo del mar”, me platicó que ella quería ser bióloga marina de grande y era fan de los peces y animales monstruosos que están hasta el fondo del océano. Jamás conocí a un niño que le gustara eso y fue una gran sorpresa (aunque lo entiendo, realmente son criaturas fascinantes). El reto fue hacer de ellos versiones “amigables” para sándwich, porque son medio terroríficos en la vida real (por ejemplo, el pez rape, que fue uno de los que pidieron); fue un ejercicio creativo muy interesante y memorable”,cuenta.
Hay dos versiones, los salados y los dulces, tú eliges:
-Las tapas de los salados llevan queso, carnes frías y pan; pueden estar rellenos de jamón, tocino o salchicha.
-Las tapas de los dulces están hechas con fondant y están rellenos de Nutella con fresas o plátano.
Pero, los ingredientes favoritos de Mariana son los salados, porque dice que es justamente lo novedoso de la propuesta en Sándwich Lab: “una alternativa salada a los diseños personalizados, algo que sólo es común en repostería”.
Al ver sus propuestas es casi imposible no pensar en lo divertido, aunque laborioso, que puede ser llegar al resultado final.
“Es como mi rinconcito de paz en el mundo, y ahora que trabajamos en familia es muy divertido. Siempre trabajé en oficina como diseñadora gráfica, así que es algo nuevo y fascinante para mí. Por lo general comenzamos la jornada con una buena taza de café con leche, y trabajamos escuchando música o podcasts”, cuenta.
Además hace uso de su experiencia en el diseño, pues para lograr cada pedido investigoa, busca referencias, hace bocetos, y muchísimas cosas dentro de la planeación antes de siquiera entrar a la cocina.
Por el momento continuarán como dark kitchen, pero no descartan tener un espacio para recibir a los clientes que recogen el pedido directamente con ellos.
Para pedir
Los pedidos los toman por mensaje privado vía Instagram, al principio lo hacían con una semana de anticipación, pero aumentó la demanda, entonces debes hacerlo con un mes de antelación.