Sandra Soraya Castro | El Sol de Morelia
El cultivo de la caña de azúcar en grandes extensiones del territorio michoacano durante siglos dio a como origen la producción de la charanda, bebida alcohólica tradicional del estado y elemento de la cocteleria local.
La charanda debe su nombre al cerro en donde fue instalada la primera destilería y significa en lengua purépecha, “tierra colorada”. Se obtiene a partir de la destilación y fermentación del jugo obtenido de la molienda de la caña o de sus derivados tales como el melado, el piloncillo o la melaza
Su producción se centra en la región de Uruapan que abarca los municipios de Ario, Cotija, Gabriel Zamora, N. Parangaricutiro, Nuevo Urecho, Peribán, Los Reyes, S. Escalante, Tacámbaro, Tancítaro, Tangancícuaro, Taretán, Tocumbo, Turicato, Uruapan y Ziracuarétiro.
El 27 de agosto del 2003 la bebida obtuvo la declaratoria de protección Denominación de Origen, lo que significa que sólo puede llevar el nombre de charanda, la bebida que se produce en los 16 municipios contemplados en la región central de Michoacán, hecho que garantiza su calidad y preserva la tradición.
A diferencia de otras bebidas de su tipo, esta declaración es exclusiva de Michoacán y no se comparte con ningún otro estado.
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La Charanda
La charanda es un destilado que nace a partir de los diferentes derivados de la caña de azúcar por lo que su sabor es dulzón.
Esto hace que sea una bebida ideal para tomarse de manera directa o bien en aperitivos, mezclado con jugos de diferentes frutas o sustituyendo al ron en preparaciones aunque siempre tomando previsiones pues su grado de alcohol puede llegar hasta los 55 grados
Se sabe que se produce desde el siglo XVI y pasó a la fase industrial hace más de 120 años. Entre sus antecedentes destacan la destilería “La Bohemia”, fundada en 1907.
Hace más de 100 años había alrededor de 60 productores del destilado de caña, de los cuales 40 eran de Uruapan y hoy permanecen 11 productores en la región
Miriam Pacheco, representante de los productores de charanda dio a conocer que actualmente la industria genera 200 empleos indirectos y más de 2 mil indirectos, esto último debido a la cadena de producción que inicia desde la producción primaria del cultivo de la caña, pasando por su transformación en jugo, melaza o piloncillo para después pasar al proceso de destilación, envasado y comercialización.
Su producción anual se estima en los 800 mil litros.
El Festival de la Charanda
Desde hace cinco años, los productores de charanda impulsaron la realización del Festival de la Charanda, evento que tiene lugar en el mes de noviembre para aprovechar los visitantes que generan eventos como Noche de Muertos a la región y en cuyo marco se llevan a cabo conferencias, catas y demostración de comida tradicional.
Se trata de un especio, detalló Miriam Pacheco, que tiene como objetivo principal promocionar la bebida y posesionarla en el gusto de más personas.
Conocida durante la época de la Nueva España como aguardiente o chinguirito, la charanda tiene una larga tradición que ha logrado superar fronteras pues se ha podido exportar a países como Estados Unidos, Japón, Bahamas e Italia, aunque aún en bajos volúmenes.
Las marcas de mayor prestigio actualmente son Uruapan, El Tarasco y Sol Tarasco quienes lo ofrecen blanco, reposado y añejo
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