La colonia Roma se convirtió hace 20 años en una puerta para viajar a través del té hasta Europa, en especial a Francia con la apertura de la casa de té Caravanserai; Pierre, su fundador homenajeaba entonces parte de su historia familiar, una infancia en la que no faltaba el té negro, momentos que sembraron en él un cariño por la Camelia Sinensis. La consumía todas las mañanas en compañía de su madre.
Años más tarde lograría llevar esa intimidad o confort bebible a la Ciudad de México, lo hizo con un proyecto que fue pionero en esta urbe, en la que muchos hallan todavía la inspiración, no solo para leer, incluso para escribir ahí un libro.
La experiencia comienza al colocarte frente al ecléctico edificio Balmori, ubicado en Orizaba y Álvaro Obregón, uno de los más icónicos de la colonia. Las pequeñas ventanas no te adelantan lo que hallarás dentro: una barra elegante con un espacio para probar kombucha recién hecha—bebida fermentada a base de té—, decenas de latas en la pared con blends súper aromáticos dentro y de nombres que se distinguen como Montaña Ahumada o Bosque del Dragón; una colección de teteras que dejan ver el paso del tiempo y después, dos salones tan distintos entre sí que por su decoración, pasas de Europa al Medio Oriente en cuestión de segundos.
La elección del nombre estuvo guiada por un gusto al concepto de caravanas, pero luego el fundador descubrió que así se le llamaba al lugar donde se paraban los mercaderes a descansar en la Ruta de la Seda. Cuenta que todavía en algunos países, Caravanserai es el nombre que se da a lugares donde se toma el té.
Además, dice que no quería vender solo té, quería que la gente viajara un poquito. “Es el espíritu que tratamos de volver a tener aquí. Dar sorpresas con objetos inusuales para una tienda de té y que todos se sientan bienvenidos”.
De ahí también los dos ambientes que hay en sus salones, uno con antigüedades, lámparas de pie, media luz, sillas aterciopeladas, libros, cuadros vintage y una ventana que da a la calle. El otro, con paredes tapizadas que generan un ambiente más íntimo y que te llevan de pronto dentro de una pintura asiática o hindú de antaño. Además, tiene un cubo muy cómodo donde puedes subirte incluso quitarte los zapatos.
“Con la pandemia las cosas cambiaron, pero seguimos en la lucha. Fue duro, pero a la vez nosotros duramos de entre tantas opciones y marcando la diferencia, aunque hay muchas opciones alrededor ahora”, cuenta su fundador.
¿Qué pedir en Caravanserai?
Encontrarás un menú muy extenso con más de 60 opciones que contemplan té verde, blanco, negro, rooibos, pu-erh, oolong, tisanas o carcadet, una infusión natural de flores con frutas.
Además, no temas perderte en la carta, viene información detallada, según la hora del día, características del té, lugar donde se produce, beneficios, datos históricos y alguna que otra reflexión para antes de darle el sorbo. Por ejemplo, el silver needle, que dice: Para aquellos que ya han aprendido a detener el tiempo y a disfrutar el momento; es como un susurro de sabor exquisito, que a la vez guarda secretos auténticos, conserva la paciencia y enaltece la espera.
Si vas solo, puedes pedir una tetera individual, pero si organizas la visita con uno o dos acompañantes, opta por las teteras compartidas. Además, si alguno te gusto tanto como para prepararlo en casa, puedes pedir a granel.
Para el otoño hay varios imperdibles, por ejemplo, un oolong llamado Gran Túnica Roja con sus notas a caramelo o un negro, el Noel a Pekin, que tiene mango, cítricos y jazmín. En Caravanserai no encontrarás mejor acompañante para el té que una rebanada de panqué o tartas que siguen las recetas francesas. Apapáchate con un marquise au chocolat que lleva mousse frío de chocolate amargo, mantequilla de pistache y naranja picada, la especialidad del lugar. También la memorable tarta de limón que lleva sirviéndose ahí desde los orígenes de esta casa de té. Tiene como base una crema de limón y lima, chocolate blanco y trozos de frambuesa escarchada con ralladura de limón.
Y si quieres cerrar con broche de oro la visita, pídete una kombucha para tomar ahí o para llevar; tiene como base fermento de té y las preparan en el momento. Lo mismo tienen de frutos rojos que de romero y habanero, que albahaca fresca o maracuyá. Otra manera de honrar al té.
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Considera durante la experiencia
-De acuerdo con la sommelier de té y columinista de Denisse Díaz, según la tradición china, se recomienda recurrir a tés relacionados con los elementos tierra y fuego durante el otoño, es decir, los amarillos, negros y oolong. Aquí puedes leer más.
-La experta también nos sugiere té verde y té negro: Alimentan energéticamente al chakra cuatro, corazón o anahata vinculado al poder emocional y la autovaloración.
-La “hora del té” en Europa surgió en el siglo XVIII, aproximadamente. Es entre las 15:00 y 17:00 horas.
-El té es la bebida más popular del mundo y consumida después del agua
Cuándo y dónde
Caravanserai se ubica en Orizaba 101, Roma Nte, Cuauhtémoc. Abre de lunes a domingo.
Más detalles en: @caravanseraimex
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