La zona del Pedregal en la Ciudad de México es el escenario que el chef Alejandro Cuatepotzo eligió para abrir su más reciente restaurante, Alesia. La experiencia es un viaje.
Lo primero que encuentras al llegar es una larga escalera; recorrerla te da la sensación de que al final encontrarás una gran recompensa y así es, hay una barra fresca con todo tipo de frutos marinos: ostiones, ostras, almejas, patas y manitas de cangrejo. El espacio te recuerda a un bar. Ideal para esperar una mesa o ir de paso a saborear las conchas con un algún trago.Rápido, pero sin prisa.
“La idea de esa barra es tener cosas de temporada (…) Alesia es un lugar bastante grande, puedes empezar ahí, echarte un buen aperol con unas conchitas en la barrita o incluso botanear y luego irte al bar”, sugiere el chef Cuatepotzo.
Después de este primer acercamiento, entrar en el restaurante es otra manera de continuar el viaje; la atmósfera y el diseño continúa te ubican en otra latitud. Hay colores verdes que te recuerdan a los olivos y toques azules que evocan a los paisajes de la cuenca del mediterráneo.
“Algo que nos llamó la atención del lugar fue la locación. Al momento de dar con las escaleras y que cuando subas veas al restaurante. Buscamos siempre un lugar, bonito, agradable y cuando lo vimos nos imaginamos lo que ahora es. La decoración es la misma diseñadora que Arango (…) la verdad que son unos colores bastante interesantes, te hace sentir estar allá —en el Mediterráneo — ¿no?”, cuenta el chef.
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Qué comer en Alesia del chef Alejandro Cuatepotzo
En el menú encontrarás opciones frías, calientes, de mar y tierra, postres y coctelería especial en la que incluso puedes pedir un deseo (con el Pompeya sour).
Para abrir elige ostiones o almejas a las brasas. No le temas a la consistencia, varían entre sí. En Aderezo probamos unas suavecitas y con sabor a mantequilla de la especie kumiai y Santo Domingo. Un par con limón y otras con ajo.
“Tratamos de dar opciones que no sean tan salinas, que no tengan sabor intenso” nos contó el chef, aunque hay otras que son para paladares más acostumbrados a ese sabor característico del mar.
Además, nos dijo que vienen desde Baja California, Nayarit, Sinaloa o Tampico. “Tratamos de tener a variedad, aunque puede parecer lo mismo, pero el sabor es muy diferente”.
Ya con más apetito encima, recomendamos las láminas de salmón y atún con cítricos; un montadito de sardinas confitadas, que sorprende desde su cama de cherry, tres niveles de texturas, colores y consistencias; también están los buñuelos de camarón y coliflor.
Hay opciones para quienes no comen carne, como las ensaladas o platillos tibios de betabel con brócoli o las frías, con calabaza y berenjena. Algunos elementos de esta línea van acompañadas con jocoque hecho en Alesia, igual que su pan pita, ya sea inflado o más a modo de tortilla.
“En mi punto de vista, en esta cocina hay muchos tipos de sabores en un plato; puedes tener una simpleza en cuestión de un buen jitomate con aceite de oliva, pero al final puedes tener agrios, dulces, picantes… yo describo la cocina del mediterráneo así. Lo que hacemos en Alesia tiene este tipo de contrastes: en un plato te puedes encontrar con estos tipos de sabores y siempre quieres seguir comiendo un poquito más porque tienes para arriba, para abajo, para un lado, para otro. Eso es lo que quisimos hacer básicamente”, detalla Cuatepotzo.
Si no puedes comer sin carne, hay opciones en cocciones distintas, como un tardar de res wagyu o cordero con salsa chermoula; aunque también hay pato, cerdo, salmón, pastas… todo es abundante, el mediterráneo cabe en tu mesa y además, puedes comerlo con las manos o compartir, porque uno de los significados de Alesia, derivado del griego, según nos cuenta el chef, tiene que ver con la abundancia.
“La abundancia es parte del concepto. Tienes una carta amplia, que siempre recomendamos puedas pedir varias cosas al centro (…) picar de uno, picar del otro”.
El postre y las bebidas
El tiramisú o la baklava no fallan, pero la tarta tibia de chocolate es la mejor manera de cerrar la comilona. No dejes de capturar el momento en el que escurre el chocolate por todo el plato.
El nuevo restaurante del Cuatepotzo tiene apenas tres meses de abierto, pero ya refleja la esencia de sus proyectos y que él mismo reafirma: la hospitalidad y la versatilidad.
Respecto a las bebidas, ya hablábamos de los cocteles, pero también hay vinos nacionales e internacionales, para continuar en esta travesía por el mundo.
Este es un lugar donde los contrastes están presentes todo el tiempo y no de manera fortuita.
Para saber
La terraza hace que la visita sea ideal a cualquier hora del día; aunque nosotros cenamos ahí, vimos caer la noche y encender la larga barra de Alesia, también puedes ir a los brunch del fin de semana o las noches con jazz que hay los viernes.
Dónde
Av. de las Fuentes 549, Jardines del Pedregal.
Abre de lunes a domingo de las 13:00 a media noche.
Más detalles en redes sociales:
Facebook: Alesia Mediterráneo
Instagram: @alesia.mediterraneo
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