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Foto. Olin Mendoza

Tés para otoño, según la tradición china

Descubre en la columna, La Hora del Té, como el cambio de estación, cambia el menú

Dicen que “No debemos temer al otoño, porque, si caen las hojas, siempre quedarán las ramas para hacer nidos”. Otoño es la temporada de la cosecha por ello, debemos entenderlo como el momento idóneo para celebrar todo aquello que hemos logrado gracias a nuestro esfuerzo, trabajo y decisiones tomadas a lo largo del año; es el momento en el que todo se oculta para descansar, tanto en nuestro cuerpo como en la naturaleza, es la oportunidad para reservar esa energía que necesitaremos durante los fríos días de invierno.

Y, como te conté, en Tés para primavera según la tradición china, hay ciertos tés que son más adecuados para cada temporada según los elementos alquímicos chinos, así como por su relación con los órganos, colores y emociones para esta temporada.

-El elemento que rige al otoño es el metal (Quinto elemento alquímico) ese que rescata el recuerdo del resto de los elementos y nos dice que todo está bien, que debemos seguir pues nada se ha terminado.

-Los colores propios son el blanco o plateado, relacionados con la purificación, fortalecimiento del sistema inmunitario y la desintoxicación del cuerpo. El “color” del metal.



Los órganos que debemos procurar son los pulmones (alimentación celeste) y el intestino grueso (eliminación terrestre). Desintoxicándonos de todo aquello que no necesitamos en nuestro cuerpo, dejamos que el Qi o la energía vital se concentren en la respiración a través de los pulmones, lo que nos llena de vitalidad y nos permite avanzar. También la respiración ayuda a mejorar el funcionamiento intestinal ¡sí, todo está relacionado! y en caso de no lograr equilibrarnos, es muy posible que enfermemos en invierno.

-Muchas veces soltar algo, aunque sea algo tóxico o dañino para nosotros, resulta en un sentimiento de tristeza y melancolía, por el recuerdo y por el apego que naturalmente tenemos como seres humanos. Éstas emociones se viven a flor de piel durante el otoño, justo cuando tenemos que soltar nuestras hojas, así como los árboles.

Foto. Olín Mendoza / @olishen



Según la tradición china, para evitar el desequilibrio de los pulmones y el intestino grueso, así como momentos en los que la tristeza se apodera de nosotros, se recomienda recurrir a tés relacionados con los elementos tierra y fuego.

Tierra: Se sugiere tomarlos antes de dormir para fortalecer el Qi de los pulmones.

Té amarillo: También conocido como té dorado, una tipología de la Camellia Sinensis que se produce en muy pequeñas cantidades en China. Su proceso de elaboración comienza como un té verde, sin embargo, antes del secado total, realiza una serie de pasos extra que provocan reducción del amargor y astringencia, así como el acento de notas aromáticas. Resulta en un licor con el dulzor de un té blanco, notas vegetales del té verde y los recuerdos aromáticos del oolong. Aunque es un té difícil de encontrar por su limitada producción y sus frecuentes falsificaciones, te recomiendo probar las siguientes variedades: Huang Cha Mao Jien, Jun Shan YinZhen y Hou Shang Huang Cha

Té oscuro: También conocidos como tés post fermentados, siendo los pu’er y hei cha los más conocidos. Contrarios a otra tipología de la Camellia Sinensis, los tés oscuros mejoran con el añejamiento, pues la astringencia y el amargor disminuyen, regalando licores cada vez más suaves, dulces y redondos. Existen dos versiones: crudo o sheng (parecido a un té verde) y cocido o shou (parecido a un té negro). Mis favoritos son los que se elaboran en el pueblo de Pu’er en Yunnan, China.

Fuego: Se recomiendan tomarlos por la mañana para fortalecer el Qi del intestino grueso.

Té negro: Uno de los más conocidos, es una tipología en donde reina la alta oxidación, acompañada de gran expresión aromática y carácter, con sabor intenso. Un regalo que despierta los sentidos y los envuelve, con notas que van de malta y maderas, a frutos y flores. Actualmente, todos los países productores de té cuentan con, por lo menos, una versión de té negro y vale la pena que experimentes varios de ellos, hasta encontrar tu favorito ya que, dependiendo del grado de oxidación, terroir, cultivar, entre otras cosas, descubrirás el perfil que te enamore. Mis orígenes favoritos: Yunnan, China; Darjeeing, India; Yame, Japón; Nantou, Taiwán y Dimbula, Sri Lanka.

Té oolong: Una de las tipologías más amadas en el mundo, ya que el oolong abarca oxidaciones similares al té verde, hasta llegar a parecerse a un té negro. Es semioxidado, complejo y amable, con astringencia suave y un amplio abanico de notas a flores y frutas. China es el país que dio vida al oolong y aunque produce grandes ejemplares de esta tipología, también vale la pena que pruebes las joyas que producen Taiwán y Japón.

Aunque existen blends, es decir, combinaciones de estos tés con algún otro botánico, la recomendación, según la tradición china, es tomarlos en su versión pura. Disfruta de esos tés sorbo a sorbo antes de iniciar la temporada, deja que su poder invada cada espacio de tu cuerpo y permítete ser como los árboles: deja ir lo viejo para recibir lo nuevo.

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