Al rededor del mundo el té es símbolo de hospitalidad, un gesto de bienvenida para los invitados y una bebida generadora de paz, calma, alivio y conciencia. He aprendido que un cuenco de té es un compañero de vida, un cómplice, consejero y guía que nos lleva hacia la luz cuando sentimos que una nube gris nos sigue a cada paso. Pero ¿qué pasa con aquellos que han trascendido, que han avanzado más allá del mundo físico en el que hoy nos encontramos? ¿será que siguen acompañados del té? Hoy, bajo el marco del día de muertos, les contaré sobre la Camellia Sinensis en los rituales en torno a la muerte.
Existen registros históricos en los que se encuentra una estrecha relación entre la muerte y el té… así como tenemos rituales para celebrar la vida, también existen aquellos para despedir a un ser querido y acompañar a los que viven la pérdida y comenzar su duelo. En China, suele servirse té en los funerales con distintos objetivos, entre los más importantes: recibir y agradecer a los invitados que muestran respeto por la persona que acaba de fallecer y como sustento para los familiares dolientes, ya que, según la tradición, deben abstenerse de ingerir ciertos alimentos durante ese periodo de transición y pérdida. También, se acostumbra a regalar un pequeño paquete con té a los asistentes durante los funerales.
En China, hay distintas tradiciones en torno a la muerte y el té como la leyenda sobre viuda la Chen Wu, quien por años ofrendó té a una tumba cercana a su hogar… en agradecimiento, el fantasma de la tumba (que llevaba 300 años en ella) le recompensó económicamente. También, existen registros sobre té como objeto funerario, ya que se colocaba dentro de las tumbas cofres de té para acompañar a la persona, más allá del plano terrenal. Por otro lado, existe la creencia de que, al morir, Meng Po (deidad femenina de la mitología china) se encarga de que las almas reencarnen y para ello ofrece el “té de los cinco sabores del olvido” con el fin de que no recuerden sus vidas pasadas… lo que me hace pensar que en su nueva vida será un amante del té, pues su aroma no permitirá que lo olvide.
En Japón ocurre algo similar, durante los funerales se regala un paquete de té a los invitados que acompañan a las personas que sufren la pérdida. También colocan pequeñas ofrendas a los seres queridos que han trascendido y en ellas se cuenta con té, ya que se cree que ayuda a pasar la frontera entre ambos mundos pues antiguamente los árboles de té se usaban para delimitar estos terrenos. En la tierra del sol naciente, también se acostumbra a poner cuatro palillos una berenjena y a un pepino, con la idea de que parezcan patas (la berenjena representa una vaca, mientras que el pepino un caballo) y se ahúman con inciensos, pues ambos elementos ayudan a transportar las almas entre ambos mundos.
La muerte es un tema complicado y rara vez se habla al respecto y mucho menos se relaciona con el té. Personalmente te puedo decir que, como mi fiel compañero, el té nunca me ha abandonado, incluso en momentos de pérdida y duelo ha estado a mi lado. Si bien, he pasado por momentos en los que mi corazón ha estado intranquilo y a punto del marchitamiento, siempre ha estado alguien para prepararme té y traerme alivio, paz y luz. Porque el té también acompaña a los que nos quedamos y transitamos un duelo.
Quizá hayas incluido té en tu ofrenda pues alguno de tus seres queridos fue un amante del té…si no es así, aún puedes ofrendar té como símbolo de respeto y medio para acompañar su viaje de regreso a casa cada 2 de noviembre. No olvides agradecer por la vida de tus ancestros y de cada uno tus seres amados con un ritual simbólico que te acerque a ellos y con mucha suerte, recibirás algún bello mensaje que traiga paz a tu corazón.
Abrazos en taza, Denisse Díaz
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