Aderezo

Con la tecnología de Google Traductor

Inicio » Entre uvas y taninos » Portugal: El vino más versátil (Parte 2)

Foto: Pexels

Portugal: El vino más versátil (Parte 2)

Federico Ling nos termina de contar su experiencia con los vinos Oporto

Continuamos esta semana con el fascinante viaje por las carreteras y los caminos portugueses, y en esta ocasión llegamos hasta la ciudad de Porto, en el norte, casi pegada a la costa de Atlántico. En la terraza elevada de la ciudad llamada Vila Nova de Gaia, que no es otra cosa que aquella del otro lado del río en Porto, donde una mega pantalla y un puesto de cerveza y comida en un jardín público estaba abarrotado de gente para ver uno de los juegos de Portugal en la Eurocopa 2024. En pleno verano el sol se oculta casi a las diez de la noche y en cuanto los últimos rayos de sol desaparecen, el viento frió que viene desde el océano se hace sentir y la gente empieza a ponerse alguna chamarra ligera, a pesar del inmenso calor que apenas se sentía a mediodía.

Al día siguiente, después de una buena noche de descanso, temprano por la mañana emprendí el camino a pie desde Porto hasta Vila Nova de Gaia y cruzando por el inmenso puente de estructura de metal que nos recuerda los trazos de la Torre Eiffel en París, seguimos por los caminos empedrados hasta llegar a la bodega Graham’s, que es una de las casas productoras de Oporto más antiguas. En broma (y un poco en serio) yo siempre he pensado que lo mejor que uno puede hacer para bajar de peso es mudarse a Portugal, puesto que está lleno de colinas y subidas por las que se debe caminar todo el tiempo con gran esfuerzo.

El Oporto es un vino fortificado que se produce en todo el mundo (pero solamente el que está hecho en Portugal se le puede llamar “Oporto” – similarmente a lo que ocurre con el vino espumoso de Champagne). Con uvas cultivadas en el Valle de Douro (a unas dos horas de la ciudad de Porto) atravesando las montañas que protegen a los viñedos de esta región de la lluvia y la humedad (adelantaré que dos días después, al visitar estos viñedos, la temperatura era de 40 grados sin una nube en el cielo). Sus potentes vinos llenos de sabor, aromas y colores (de frutos negros y rojos principalmente) son fortificados con un licor de uva llamado “aguardente” para después dar paso al proceso de maduración y añejamiento.

La historia de estos famosos vinos fortificados data desde que los ingleses, hace muchos años, dejaron de consumir vino francés debido a las guerras y los conflictos, y en consecuencia tenían que voltear a ver a sus otros aliados como lo era Portugal. Pero el vino no siempre llegaba en condiciones óptimas desde este país hasta la capital inglesa, por lo que el proceso de fortificación permitía que los vinos viajaran sin problema alguno. De tal manera que la mayoría de las casas productoras de Oporto se encuentren también en manos de compañías inglesas, por dicha razón.

En Graham’s probamos todos los estilos de Oporto: Ruby, Tawny o Vintage (como se le conoce en inglés). Si bien el vino se produce de forma similar, lo que determina sus diferencias es la maduración y el añejamiento. Un “Ruby” será un Oporto más joven, que no ha sido madurado en contacto con el oxígeno y que tendrá tonos de cereza y chocolate, y como su nombre lo sugiere, colores rojizos y morados de alta intensidad. El “Tawny” es el mismo vino fortificado pero que ha sido añejado durante 10, 20, 30 años o más con cierto contacto con el oxígeno y de allí su color café y marrón (tawny, en inglés) que tendrá sabores a caramelo, nuez y almendra. El “Vintage”, por ejemplo, es un Ruby hecho con uvas cosechadas en un año excepcional y que puede añejar durante años, pero lo hará en la botella, no el barril y los puede haber de 30, 40, 50 años o más.

Después de probar todos los estilos de Oporto hay que tomar un descanso porque este vino alcanza los 20 grados de alcohol por volumen, y debido a que la fermentación es interrumpida por el proceso de fortificación, tendrá una alta cantidad de azúcar residual, haciéndolo un vino dulce (casi siempre como aperitivo o postre). Aunque en Portugal han sido creativos y se han inventado el Porto-tónico, que no es otra cosa que Oporto con agua tónica y alguna otra añadidura para darle balance y que, con hielo, será un gran coctel de verano (especialmente si se acompaña de las famosas croquetas de bacalao y conservas, que son vendidas a lo largo y ancho del país).

Cada ciudad en Portugal tiene su propio estilo, cultura y gastronomía; pero también tiene su propio estilo de vino. Desde los vinos ligeramente espumosos de Vinho Verde hechos con Alvarinho, hasta los de cuerpo robusto de Alentejo, hasta los fortificados de Porto, la versatilidad y opciones portuguesas son inmensas. Y aunque parezca que España y Portugal son un poco lo mismo, la realidad es que no podrían ser más diferentes para bien; cada uno con estilo propio, pero con muchísimo que ofrecer. Lo único que puedo decir es que la amabilidad de la gente a lo largo y ancho del país es inigualable y solo puedo pensar en volver a esa cava de Torre de Palma para probar otra vez los exquisitos vinos que siguen siendo un poco de misterio para muchos, pero que pronto dejarán de serlo.

Te recomendamos leer:

Sigue a Federico Ling en redes sociales y comenta esta columna. Lo encuentras en @beyondthegrapes