Dicen que una actividad se convierte en hábito cuando se repite y repite hasta que forma parte de nuestro día a día y que realizamos de forma automática, sin necesidad de atención plena. Estos, al estar acompañados de una intención, un cómo y un qué, se convierten en un ritual… además, tiene una connotación emocional muy fuerte. Hoy, te contaré cómo hacer un ritual de té y journaling.
El journaling es una práctica cada vez más usada que no significa otra cosa que “escribir un diario”. Es como una versión del “Querido diario…” de nuestra infancia, aunque muchos dicen que para nuestra versión adulta, que nos ayuda a sacar todos aquellos pensamientos, deseos, miedos, metas, proyecciones, sentimientos, esperanzas, meditaciones e incluso pensamientos intrusivos que no nos dejan vivir plenamente.
Existen muchísimas formas de journaling, te comparto algunas: el tradicional que trata de escribir lo que nos pasó en el día, de gratitud para anotar todo aquello por lo que estamos agradecidos siendo conscientes de lo que somos y lo que tenemos, scrapbooking en donde se agregan fotos, tickets, texto, recortes y otros elementos con el fin de guardar memorias, bullet journal que combina diario con agenda con la finalidad de organizar nuestro día, morning pages una técnica creada por la escritora Julia Cameron para estimular la creatividad y superar el bloqueo creativo al escribir cada mañana mínimo tres hojas sin censura, diario de emociones para anotar nuestras reacciones emocionales a lo largo del día y así identificar patrones, gestionar el estrés y mejorar nuestra inteligencia emocional y freewriting que como su nombre lo indica, es para escribir libremente sobre algún tema que nos inspire, sin preocuparnos por el estilo o coherencia.
Algunos de los beneficios del journaling son: mejorar la capacidad cognitiva, reducir estrés y ansiedad, cultivar disciplina, mejorar la memoria, dormir mejor, ser más agradecidos, reducir pensamientos depresivos, y además, es una forma fácil de practicar mindfulness . Si eres lector asiduo de esta columna, ya te habrás dado cuenta de que el journaling tiene mucha similitud en cuestión de beneficios con los rituales de té. El estilo de journaling lo elegimos de forma similar al té y tisanas, según nuestra personalidad y gusto.
Consejos para empezar a practicar té y journaling
- Busca un espacio privado y calmado. Hacerlo a solas es súper importante.
- Prepara tu chaxi (espacio y display para preparar el té) que puede incluir una taza con infusor, tetera estilo inglés o un set de gonfu cha.
- Prepara tu té o tisana favorita con atención plena.
- Escribe sin pensar en los errores ortográficos o de puntuación. Sólo deja que las ideas fluyan.
- Elige un momento y establece un horario. La recomendación es por lo menos dedicarle 10 minutos diarios.
- Ten muy claro que es un momento para ti, para escucharte, para conectar contigo y para cuidar de ti.
- Elige un té que te resulte reconfortante y que conozcas bien, ya que si se trata de un té que probaremos por primera vez, seguramente nuestra atención estará en él. Trataremos de analizarlo, buscar notas y sensaciones, lo que no permitirá que el journaling fluya.
- Es importante que al final de tu práctica de journaling registres el té o tisana que estás bebiendo y la forma en la que te hizo sentir, si te llevó hacia un lugar, si te hizo sentir algo en especial o si resultó relajante o estimulante.
- Hacer un poco de tea journaling también se vale, pero es muy importante que lo hagas al final de escribir todos tus pensamientos para que los detalles que regularmente se incluyen en este tipo de prácticas no se conviertan en un distractor (muy parecidos a un guión o nota de cata).
- Considera que todo lo que escribas sólo es para ti, no te preocupes porque sea perfecto; ¡haz del journaling un momento de catarsis!
- Recuerda que una práctica mindfulness se trata de poner toda nuestra atención en una cosa, que en este caso es escribir… el té juega un papel de acompañante que nos recuerda que todo siempre va a estar bien.
Abrazos en taza, Denisse Díaz
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