Por Guillermo Pichardo
Cada organismo reacciona de manera distinta y cuando no se encuentra en óptimas condiciones los mismos procesos biológicos pueden desencadenar algunos malestares o padecimientos; tal es el caso de los cambios de ánimo y los problemas para dormir, a medida que una mujer se acerca a la menopausia y mientras la atraviesa.
Este mismo procedimiento, aunque en un porcentaje menor, puede dar pie a males como el síndrome de la boca ardiente, el cual suele afectar a mujeres perimenopáusicas y postmenopáusicas. Te contamos más.
¿Qué es el síndrome de la boca ardiente?
De acuerdo con información de la Mayo Clinic, este padecimiento tiene la capacidad de afectar la deglución, la alimentación, el habla y el sueño, pero existen otros problemas además de la incomodidad que genera en la boca, llegando a afectar la calidad de vida; puede incluir la sensación de ardor en lengua, labios, encías, garganta o paladar.
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Cuando se padece, se presentan síntomas como sed, boca seca, una sensación a sabor amargo o metálico, pérdida del gusto, así como hormigueo, escozor o entumecimiento en la boca, pero frecuentemente estos suelen variar mucho, pudiéndose presentar todo el día todos los días o de manera esporádica; dentro de los factores de riesgo se encuentra principalmente ser mujer.
Otros de los puntos que pueden detonar este padecimiento es fumar, además de la existencia de antecedentes de afecciones médicas como fibromialgia, Parkinson, alguna enfermedad autoinmunitaria y una neuropatía, así como un trabajo dental, alergias, algunos medicamentos y estrés, ansiedad, depresión o eventos traumáticos de la vida.
¿Cómo es tratado el síndrome de la boca ardiente?
La manera de combatir este padecimiento consiste en abordar los síntomas y la causa, es decir, si se encuentra relacionado con la menopausia es utilizada una terapia de reemplazo hormonal, aunque se debe tomar encuentra que otras posibles afecciones subyacentes pueden ser el reflujo gastroesofágico, problemas de tiroides, deficiencias vitamínicas e irritación por la pasta de dientes, enjuague bucal o los alimentos y las bebidas ácidas.
Cabe puntualizar que, si bien no siempre resulta identificable la causa, este mal suele ser tratado con medicamentos para calmar los nervios y los sensores de la boca que generan la hipersensibilidad, aunque cuando se detecta la presencia de estrés suele requerirse la utilización de tratamientos complementarios como la acupuntura.
Si bien, se cree que algunos tratamientos pueden incluir el uso de salsa picante, conocida como salsa de pimiento —los químicos que contiene ayudan a reducir la sensibilidad, esto principalmente por la capsaicina—, es importante acudir al médico.
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