No hay momento más controversial y con opiniones polarizadas que aquel cuando decides ponerle azúcar al café. Se vale tomarlo a tu antojo, pero agregarle un par de cucharadas sí tiene un efecto notable en el sabor. Algunos especialistas en materia nos explican qué pasa y por qué el café es mejor sin azúcar.
“El azúcar en general hace daño, es mejor no consumirla, pero su relación con el café nació por la mala calidad y malos procesos de tostado y extracción, sin azúcar o leche, era imposible tomarlo”, menciona Jorge Sotomayor de Café Estelar y Pal Real. Además, dice que cuando el café es excepcional lo único que ellos, como expertos, deben hacer es no estorbarle. “No es necesario ni maquillar ni opacar sus atributos. Piensen en otras materias primas, el mejor pescado se come crudo, un buen vino se toma solo, no lo hacemos clericot”.
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Sotomayor sugiere al consumidor buscar lugares con café de especialidad, con tuestes frescos y ligeros, recién molido, “pruébenlo tal cual, sin aditivos… Por ahí una vieja frase dice: el buen café no necesita azúcar y el mal café no la merece”.
Por su parte, Shak Zapata, fundador de Casa Cardinal y Pociones Augusto nos dice que lo más importante es dejar en claro que el café no tiene que ir forzosamente con azúcar. “Es una elección personal y del gusto de cada paladar. El café es dulce por sí solo, pero debemos ser precavidos al decir esto, pues el tipo de dulzura que encontraremos en él no es el que nuestro cerebro se imagina o espera”.
Menciona que, como muchos otros productos agrícolas, el café pasa por un largo camino —del esfuerzo de muchas manos, antes de llegar a tu taza — y es por eso que me gusta recomendarle a la gente que pruebe el café solo y se dé la oportunidad de experimentar el origen, la variedad del grano, el tueste y la preparación del barista; así, a partir de su experiencia decidará respecto a la adición o no de azúcar. Siempre recomendando, por salud, que sea una cantidad moderada.
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Zapata dice que, en caso de decidir endulzarlo, es importante aprender a elegir con qué. Habrá ingredientes que afecten más o menos el sabor de la bebida y que sean más o menos benéficos para la salud en cantidades elevadas. “Es por eso que me gusta sugerir que prueben otras alternativas para endulzar como lo es la miel, miel de agave, mascabado y hasta fruta del monje (que no es azúcar como tal), dejando al último azúcar de mesa tradicional”
Finalmente, el especialista Rory Blum cuenta que por tradición hay gente que le pone azúcar, “incluso hay un café que le llaman en español torrefacto; es tueste de café con el endulzante ya incluido. Yo me imagino que para mitigar los efectos del sabor amargo que muchas veces es ocasionado por producto de mala calidad, ya sea mal cosechado, mal almacenado, con algún tipo de defecto o porque el tueste es muy alto”.
Además, menciona que sí le pones mucha azúcar a una taza de café que ya tiene una medida de agua es probable que no se llegue a diluir.
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