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Por qué el 50% de los mexicanos no lleva una dieta saludable

La alimentación sana y accesible en enfrenta desafíos significativos, pero existen soluciones

En México, especialistas en nutrición y agricultura advierten sobre los desafíos que enfrenta el país en su transición hacia una alimentación saludable y sostenible. El cambio en los hábitos alimentarios, impulsado por el consumo de productos procesados y ultraprocesados, así como la transformación en la producción de alimentos, han llevado a una situación preocupante en términos de salud pública. Sin embargo, existen soluciones accesibles que permiten adoptar una dieta equilibrada sin gastar grandes sumas de dinero.

De acuerdo con la profesora Ana Gabriela Ortega Ávila, experta en nutrición de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una dieta saludable debe proporcionar la cantidad adecuada de calorías, ser segura, incluir diferentes grupos de alimentos y ser culturalmente apropiada. Esto implica adaptarse a las tradiciones y costumbres alimentarias de cada persona, considerando factores como la etnia, el nivel socioeconómico, la religión y el lugar de residencia.

Actualmente, el país se encuentra inmerso en una transición nutricional preocupante, caracterizada por un cambio en las dietas tradicionales, ricas en leguminosas, maíz, frutas y verduras, hacia dietas más industrializadas y occidentales. Estas últimas se caracterizan por su alto contenido de azúcares refinados, grasas saturadas y productos de origen animal.

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Depende del nivel socioeconómico

Según datos presentados en el Seminario Permanente de Agricultura, Alimentación y Sostenibilidad, organizado por el Programa Universitario de Alimentación Sostenible (PUAS) de la UNAM, alrededor del 50% de la población mexicana no sigue una dieta saludable.

En este contexto, es necesario abordar los múltiples factores que influyen en los hábitos alimentarios de la población. Factores como la condición étnica, el nivel socioeconómico, la educación, la salud y las influencias psicosociales y contextuales, como las preferencias, los hábitos, el entorno social y las prácticas de crianza, juegan un papel crucial en la elección de alimentos.

Una de las soluciones para promover una alimentación saludable y asequible radica en modificar estos factores. Se debe fomentar un cambio hacia una alimentación basada en plantas, que sea tradicional, básica, prudente, sostenible y saludable, reduciendo así la dependencia de alimentos industrializados.

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Desafíos en la producción de alimentos

Por otro lado, Quetzalcóatl Orozco Ramírez, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, destaca la importancia de abordar los desafíos en la producción de alimentos. Los cambios en las formas de producción agrícola, como la intensificación y la modernización, han tenido un impacto negativo en el medio ambiente y en los recursos naturales. Además, el acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá ha impulsado el aumento de la producción animal y la exportación de productos cárnicos.

Ante estos desafíos, se requiere mejorar la organización de la producción agrícola, tanto familiar como empresarial, y adaptar los sistemas agrícolas a las variaciones climáticas y al uso eficiente del agua. Es fundamental evitar el desperdicio de insumos y promover prácticas agrícolas sostenibles.

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Por una dieta saludable y accesible

Mishel Unar Munguía, del Instituto Nacional de Salud Pública, destaca que en México los alimentos con mayor valor nutricional han experimentado un aumento en su precio, volviéndose menos accesibles, mientras que aquellos con menor valor nutricional mantienen su estabilidad. No obstante, según un estudio realizado en México, se demostró que una dieta saludable y sostenible, como la propuesta por EAT-Lancet, puede tener un costo hasta un 21% menor en comparación con las Guías Alimentarias Mexicanas publicadas en 2015.

El costo de una dieta saludable y accesible puede variar dependiendo del contexto y el país. En el caso de México, las Guías Alimentarias del sector salud pueden servir como herramienta para promover dietas saludables, además de ser necesario diseñar programas y políticas que fomenten su adopción.