Hoy en el Día Mundial del Corazón, es importante contemplar que una alimentación equilibrada requiere de todos y cada uno de los nutrientes, pero hay algunos que, por el papel que juegan en el organismo, resultan imprescindibles. Uno de ellos es el Omega 3, el mejor aliado del corazón.
¿Qué es?
Son un tipo de grasa poliinsaturada que el cuerpo humano no produce por si solas y que necesita obtenerla de ciertos alimentos para mantenerse saludable.
Existen varias clases de omega 3, como el ácido alfa linolénico (ALA), predominante en alimentos de origen vegetal, el ácido eicosapentanóico (EPA) y docosahexanoico (DHA). Este último es un componente indispensable de las membranas celulares de nuestro organismo.
Estos son sus beneficios
Repara el sistema inmune Es antiinflamatorio Contribuye a regular la coagulación sanguínea Previene el cáncer Mejora la capacidad de aprendizaje Tiene efectos antidepresivos Ayuda a combatir las alergias y el asma Mejora la función cardíaca y la presión arterial Retarda la acumulación de placas de colesterol en las arterias Reduce los triglicéridos
¿Porqué es tan importante para el corazón?
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. El corazón es el órgano central de la circulación de la sangre, y su función es “bombearla”, a todo tu cuerpo, esto hace que todos los elementos nutritivos que el cuerpo necesita circulen por las arterias. Los expertos aseguran que los ácidos grasos Omega 3 sirven para prevenir enfermedades al corazón debido a sus nutrientes cardioprotectores.
Dónde los encuentras Hay 2 fuentes de ácidos grasos omega 3: los de origen vegetal y marino
Marinos Pescados, salmón, bacalao, sardinas, cazón, atún, anchoas, merluza, sardinas y algunas algas.
Vegetal Frutos secos como el cacahuete. Semillas de linaza o chía. Aceites vegetales como el de canola, nuez, oliva, linaza o soja. Frutas y hortalizas como el aguacate, brócoli, rúcula y espinacas.
La OMS dice…
Los ácidos grasos DHA y EPA presentes en los aceites marinos son precursores de las prostaglandinas, que influyen en la constricción de los vasos sanguíneos. Se ha recomendado el consumo de aceites marinos en la población adulta y, en particular, por las embarazadas para tratar la hipertensión, impedir la producción de prostaglandinas, que provocan la maduración del cuello del útero, estos mismos componentes de los aceites marinos también pueden retrasar el parto y prolongar así, en potencia, el embarazo y aumentar el peso al nacer.