Según la UNICEF, en México 1 de cada 3 niños o adolescentes entre los 6 y 19 años padece sobrepeso y obesidad. La pandemia por Covid-19 también ha favorecido que los niños al quedarse en casa aumenten su sedentarismo.
Entre todos los desafíos que tienen los padres, como educadores, también está el de educar nutricionalmente a sus hijos. Particularmente en esta era, en la que están rodeados de estímulos de consumo que tenemos que ayudarlos a comprender, para que comiencen su camino de explorar su propia alimentación con libertad y con la información necesaria.
El nutriólogo Matías Marchetti experto en alimentación y conducta familiar nos explica que, “lo primero para tener en cuenta es que la infancia es el momento en el que se crean los hábitos que luego se mantendrán durante toda la vida. La población infantil es un grupo especialmente vulnerable a desequilibrios nutricionales, pero también muy receptivo a cualquier educación y aprendizaje.
Estos son algunos consejos para las mamás y papás en cuanto a la alimentación de sus hijos:
-Cocinar mejor la noche anterior para no resolver con ultraprocesados de último momento.
-Involucrar a niños en la preparación de sus comidas. Explicarles para qué sirven los alimentos, cuáles son sus propiedades y por qué es tan importante comer variado.
-Designar una botella de agua para que lleven diariamente a las actividades que realicen, y reforzar la idea de que la hidratación es tan importante como las comidas. ¡Y que el agua siempre es la mejor opción!
-Si van a comer fuera de casa, contar con pequeños tupper herméticos para poder transportar los alimentos de forma segura y sin que pierdan sus propiedades organolépticas; y evitar los alimentos que puedan correr riesgo de rápida descomposición por pérdida de la cadena de frío, como los yogures.
Asegurarse de ofrecer variedad. Incluyendo legumbres, cereales, carnes magras, lácteos descremados, frutos secos, semillas y, sobre todo, muchas frutas y verduras. ¡Cuantos más colores, más nutrientes!
Pensar ideas divertidas, pero siempre caseras: formitas de pollo o pescado hechas en casa en lugar de compradas, frutas en vez de postres industrializados, untables de frutos secos o legumbres en lugar de aderezos, etc. Y para las colaciones, granolas o frutos secos en vez de cereales azucarados, budines caseros y nutritivos en lugar de galletas o galletitas.
En las comidas que hagan todos juntos en familia, el experto recomienda:
● Los más pequeños están en un constante período de aprendizaje y la mejor manera de educarlos nutricionalmente es con el ejemplo. ● Dejemos de lado la regla de “dejar el plato limpio”. Que sepan escuchar su cuerpo y reconocer la saciedad ayudará a que no coman de más. Ahora y en la adultez. ● Ofrezcamos la fruta entera y no solo su jugo. De esa forma van a aprovechar toda su fibra, en lugar de consumir solo el azúcar. ● Presentemos un mismo alimento de formas variadas y no nos rindamos ante el primer “no me gusta”. ¡Hay tantas alternativas! ● Prohibir alimentos puede volverlos más “tentadores”. Mejor, ¡eduquémoslos para que reconozcan lo que les hace bien! ● Conversemos con ellos sobre nutrición: que sepan por qué es tan importante lo que comen y entiendan que el mensaje que les damos en casa tal vez no sea el mismo que recibirán afuera. ¡Estará en ellos saber llevar su bandera! ● No compren lo que no queremos que esté a la vista y a la mano de los niños en la despensa como dulces, refrescos y ultraprocesados.