Por Mónica Vargas
Por tercera ocasión en la historia, el pasado 29 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que forma parte de la agenda 2030 para reducir el impacto humano sobre el medioambiente, pues, de acuerdo con el Banco de Alimentos de México, un tercio del alimento que se produce en nuestro país se desperdicia.
Entre las razones por las cuales se explica este fenómeno destaca la desorganización al comprar productos, elegir el menú y el número de platillos a utilizar, pues vivimos bajo la creencia de que “más vale que sobre a que falte”. Desafortunadamente, el desperdicio de alimentos no es un tema aislado: tiene implicaciones económicas, sociales y ambientales.
Para colaborar con las familias, la ONU propone algunas medidas que se pueden tomar todos los días sin afectar la dinámica diaria:
Comprar solo lo necesario. Planifica tus comidas. Prepara una lista de compras y atente a ella evitando las compras impulsivas. No solo desperdiciarás menos alimentos, también ahorrarás dinero.
Elegir frutas y hortalizas del día. No juzgues los alimentos por su apariencia. A menudo se tiran a la basura frutas y hortalizas magulladas o con formas extrañas porque incumplen las normas cosméticas arbitrarias. No te preocupes, el sabor es el mismo. Utiliza la fruta madura para preparar batidos, zumos y postres.
Almacenar los alimentos con sensatez. Pasa los productos más antiguos a la parte delantera del armario o el refrigerador y coloca los nuevos en la parte trasera. Utiliza contenedores herméticos para mantener frescos los alimentos abiertos y asegúrate de cerrar los paquetes para que no entren insectos.
Comprender el etiquetado de los alimentos. Hay mucha diferencia entre las fechas de “consumo preferente” y “caducidad”. A veces los alimentos sirven para el consumo pasada la fecha de “consumo preferente”, mientras que la fecha de “caducidad” indica el momento en que el consumo deja de ser inocuo. Verifica las etiquetas de los alimentos para averiguar si contienen ingredientes no saludables como grasas trans y conservantes y evita los alimentos con azúcar o sal añadidos.
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Apoyar a los productores de alimentos locales. Comprando productos locales, prestas apoyo a agricultores familiares y pequeñas empresas de tu comunidad. También contribuyes a la lucha contra la contaminación reduciendo las distancias que recorren los camiones y otros vehículos en el reparto.
Las cifras
Cuando desperdiciamos alimentos, también desperdiciamos toda la energía y el agua que se requieren para cultivarlos, cosecharlos, transportarlos y empacarlos. Y si los alimentos llegan a parar en el vertedero y se pudren, producen metano, un gas de efecto invernadero aún más potente que el dióxido de carbono, de acuerdo con la World Wildlife Fund (WWF).
Las cifras de desperdicio de comida anual registradas por el Banco de Alimentos de México son equivalentes a la contaminación generada por 16 millones de vehículos en un año.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) calcula que los mil 300 millones de toneladas anuales serían suficientes para alimentar a tres mil millones de personas en el mundo.
Cuando se desperdicia un plato de comida, van implícitos los recursos económicos empleados. En ese sentido, el costo de los alimentos se mantiene en una producción cada vez menos accesible a poblaciones marginadas a la vez que el desecho va al alza.