Cuando pensamos en el Grito de Independencia, es imposible no imaginar los sabores y colores de la gastronomía mexicana, y el pozole es, sin duda, el protagonista indiscutible de la noche. Sin embargo, aunque el platillo combina los tres principales grupos alimenticios —verduras, cereales y proteínas de origen animal—, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte lanza una advertencia: no por ser balanceado, significa que podemos comerlo sin medida.
La nutrióloga Norma Seseña de la Cruz, adscrita al Hospital General de Zona (HGZ) No. 11 del IMSS, ofrece algunos consejos para disfrutar del pozole sin poner en riesgo nuestra salud, especialmente para quienes padecen de enfermedades crónicas como obesidad, diabetes o presión alta.
El pozole saludable ya tiene nombre:
— IMSS (@Tu_IMSS) September 14, 2022
“POZOLE #PREVENIMSS”
Mira aquí cómo hacer de este platillo mexicano un aliado en tu alimentación y que ¡Viva México! 🇲🇽 pic.twitter.com/yDGbk1CJtu
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Según Seseña de la Cruz, el pozole puede ser una opción equilibrada si se prepara adecuadamente y se consumen las porciones recomendadas. Cada plato mediano contiene alrededor de 245 kilocalorías, una cantidad que puede ser adecuada en una dieta balanceada, siempre y cuando se complementen con otros hábitos alimenticios saludables.
¿Qué hace tan especial al pozole?
Cuando hablamos de pozole, no estamos refiriéndonos solo a su importancia en el mes patrio, sino a un plato que incluye ingredientes clave para una dieta balanceada. Esta preparación combina maíz (un cereal), carne de cerdo o pollo (proteína animal) y, por supuesto, una generosa porción de verduras como rábano, lechuga y cebolla.
El IMSS no solo lo aprueba, ¡lo aplaude! Un tazón mediano de pozole contiene alrededor de 245 kilocalorías, 19 gramos de proteína y 24 gramos de carbohidratos, lo que lo convierte en una opción relativamente baja en calorías y rica en nutrientes, siempre y cuando lo prepares con moderación. La clave, según Seseña de la Cruz, está en desgrasar el caldo, usar tostadas horneadas o hechas en el comal, y acompañarlo de agua simple o alguna bebida sin azúcar.
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Ojo con las porciones
Antes de que te emociones y corras a devorar tazones de pozole como si no hubiera mañana, el IMSS también recomienda moderar las porciones. Sabemos que es fácil perder el control entre el delicioso caldo y las crujientes tostadas, pero no te emociones. El consejo es sencillo: usa platos pequeños, come un refrigerio ligero antes del pozole para no llegar con hambre voraz, y evita los excesos en bebidas alcohólicas o alimentos adicionales.
Este tipo de recomendaciones son especialmente importantes para personas con condiciones como obesidad, diabetes o problemas de colesterol y triglicéridos altos. Según el IMSS, un plato pequeño de pozole puede ser parte de una dieta equilibrada, siempre y cuando se sigan estas recomendaciones para evitar riesgos a la salud.
Un platillo tradicional, pero saludable
Entonces, ¿cómo hacer del pozole una opción saludable sin sacrificar el sabor? Aquí algunos tips:
-Desgrasar el caldo: Retira la grasa visible de la superficie para reducir las calorías.
-Tostadas asadas: Cambia las tostadas fritas por tostadas hechas en el comal o al horno.
-Bebidas sin azúcar: Acompaña tu pozole con agua natural o agua de sabor sin azúcar.
-Porciones pequeñas: Usa platos pequeños para controlar la cantidad que consumes.